Bronca al ministro
Seguramente uno de los oficios de más comprometido desempeño en la constitución de equipos de Gobierno es el cargo de ministros del Interior, responsabilidad del más alto nivel desempeñada actualmente por el otrora juez de brillante trayectoria, Fernando Grande Marlaska, empañada hoy por determinadas decisiones asumidas durante su mandato que han elevado con frecuencia el nivel de la polémica y han acabado poniendo en duda un prestigio que se había ganado con creces con la toga puesta. Marlaska ha tenido que enfrentarse estos días a una muy dura admonición transmitida sobre sus actuaciones por el Parlamento Europeo. Año y medio después de que la tripulación de una embarcación de la Guardia Civil fuera arrollada por el poderoso lanchón de unos traficantes en la localidad de Barbate en Cádiz, ante un público que parecía estar contemplando un partido de fútbol y en cuyo ataque fueron asesinados dos de sus agentes, el ministro del Interior español ha recibido una notificación de la UE amonestándolo muy seriamente por no haber puesto los medios necesarios para preservar la vida de sus policías y no reconocer la calidad de profesiones de riesgo de todos ellos, enviándolos sin medios adecuados y suficientes con los que combatir el narcotráfico en el estrecho de Gibraltar. La bronca de órdago ha sido de las que mueven a la meditación y se produce como resultado de la investigación cursada por miembros del mencionado Parlamento destacados en Andalucía para determinar las causas y posteriores consecuencias de un hecho tan lamentable. Marlaska accedió a aceptar el cargo de titular de Interior desde su condición de juez de primera línea, instructor infatigable de causas contra el tráfico de estupefacientes y tras desarrollar una larga y fructífera carrera en el desempeño de su judicatura.
Es evidente que ser ministro del Interior es un oficio duro, silencioso y seguramente endemoniadamente difícil, pero la orfandad en la que trabajan los guardias civiles que pelean contra narcotraficantes en el Estrecho contrasta con la movilización de una fragata de la Armada para apoyar el viaje de una flota de embarcaciones de recreo a aguas de Gaza en la que navega la ex alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. O todos o ninguno.
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