El alumnado extranjero

En un solo año, el número de alumnos extranjeros en colegios creció en un millar, un incremento brutal, un 20 por ciento más, acorde con la avalancha de llegadas desde el exterior. Avalancha es la palabra ante un fenómeno que no ha tocado techo y que en lo concerniente a Galicia, y a Vigo en particular, tiene el foco en Sudamérica, de donde llega la mayoría de inmigrantes dispuestos a buscar una nueva vida y a escapar de lo ya conocido por todos salvo al parecer por el Gran ZP que vive en su mundo: Venezuela, el principal “exportador”, es una autocracia brutal que ha hundido al país en todos los órdenes, donde el 50 por ciento de su población se encuentra sumida en la pobreza. También ha crecido y mucho el exilio social y económico argentino, producto inevitable del peronismo, ahora combatido con el fuego populista e iliberal de Milei y su motosierra.

En Vigo hay ahora unas 40.000 personas que han nacido en el extranjero de las que una buena parte ya tienen nacionalidad española, lo que equivalen al 15 por ciento de todos los residentes censados. Hace diez años no llegaban ni a la mitad y parece bastante seguro que en otros diez serán el doble porque los españoles/gallegos/vigueses han decidido darse de baja ciertos empleos, que necesitan mano de obra, y también como padres, lo que empuja al infierno la natalidad y los balances demográficos a cifras impensables: en 2023, Vigo tuvo un déficit de 1.400 personas entre nacidos y fallecidos, el peor saldo de Galicia: 20 años atrás tenía el mejor. Así de profundo es el cambio, Y así, el país que tenemos, donde las estadísticas del INE -al contrario que el CIS, es de fiar- avisan que en veinte años nada será lo mismo. En realidad, nunca lo fue.