Trampas en Moaña en la guerra contra el temido mosquito tigre
El comité técnico impulsado por la Xunta dará recomendaciones a los ciudadanos para evitar su picadura y pide la población que utilice la aplicación Mosquito Alert
El comité técnico creado para el seguimiento del mosquito tigre, que celebró ayer su primera reunión en Santiago, decidió aumentar el número de trampas para su captura en Moaña y en la zona donde está presente en la actualidad. Los entomólogos confirmaron la aparición de ocho ejemplares de esta especie, que se detectaron en Moaña gracias a la colaboración ciudadana que dio el aviso en la plataforma Mosquito Alert, con la que colabora la Rede Galega de Vixiancia de Enfermedades Transmisibles. Hasta el momento se ha demostrado que a pesar de las molestias que ocasionan sus picaduras estos ocho mosquitos no son portadores de enfermedades como dengue, chikungunya o Zika.
La Xunta impulsó la creación de un comité técnico para controlar la situación, formado por profesionales de la Dirección Xeral de Saúde Pública del ámbito de la epidemiología y sanidad ambiental, investigadores expertos en entomología de las universidades de Santiago y de Vigo, profesionales del área de Ganadería de la Consellería de Medio Rural, representantes de Patrimonio Natural de la Consellería de Medio Ambiente, del 112-Galicia, del área sanitaria de Vigo y de la jefatura territorial de Sanidad, de la Delegación del Gobierno en Galicia y del Concello de Moaña como municipio implicado.
Otra de las medidas acordadas fue la difusión de pautas sencillas entre la población que se centrarán como mínimo en O Morrazo y promoverán la aplicación móvil Mosquito Alert para enviar fotos de posibles mosquitos tigre.
“Pica mucho y salen ronchones enormes, tengo un arsenal en casa para combatirlo”
Vecinos de Moaña han sufrido el doloroso ataque del mosquito tigre, que comienza a hacer efecto a las pocas horas, cuando empieza a picar “mucho más que con otros mosquitos” y provoca “ronchones enormes en la piel”. Uno de los afectados es Saúl Blanco, un profesor de Secundaria que empezó a notar a mediados de julio unas picaduras de mosquito fuera de lo normal porque eran enormes, con ronchas de unos dos centímetros, y picaban mucho. Él mismo logró capturar uno y vio que era “pequeñísimo. También le pareció raro que atacasen por la tarde cuando estaba tomando algo en la terraza de su casa y no por la noche durmiendo. Esta especie terminó atacando a buena parte de su familia, sus padres, su hermana, sus tíos y sus primos, algunos de los cuales terminaron en el centro de salud por una reacción alérgica o porque la hinchazón no les permitía bajar el pantalón. “Era como un mosquito normal pero hipervitaminado”.
Finalmente, supieron que se trataba del mosquito tigre. ”Yo soy de Moaña pero trabajo en Castilla-La Mancha, allí hace años que los hay y yo le había dicho a mis amigos que venía a Galicia donde no teníamos esos insectos". Ahora tiene un arsenal en casa. “Tengo de todo, citronella por todos lados, insecticidas de ondas y de enchufar. Aun así hay que abrir para ventilar. Solo me falta una escopeta”, concluye en tono humorístico.
Contenido patrocinado
También te puede interesar