La violencia de los talibanes crece en la frontera afgana

Un atentado suicida de un insurgente en la ciudad pakistaní de Quetta deja al menos 4 muertos

Agencias

Publicado: 06 sep 2021 - 03:59

La policía pakistaní inspecciona el lugar del atentado donde ocurrió el ataque bomba.
La policía pakistaní inspecciona el lugar del atentado donde ocurrió el ataque bomba.

Al menos cuatro personas murieron y otras 20 resultaron heridas ayer en un atentado suicida contra un puesto de control de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Quetta, en el oeste de Pakistán, en un ataque reivindicado por el principal grupo talibán del país. “Hoy a las 7.30 (6.30 hora española) un suicida que portaba bombas se lanzó contra un puesto de control”, dijo un portavoz de Policía de la urbe, Gul Sher.

La fuente indicó que en el atentado murieron tres soldados del cuerpo fronterizo Frontier Corps y otras 20 personas resultaron heridas, entre ellas 16 militares. El principal grupo talibán paquistaní, el Tehreek-e-Taliban Pakistan, reivindicó el atentado y el primer ministro paquistaní, Imran Khan, lo condenó y ofreció sus condolencias a las familias de los fallecidos.

Quetta es la capital de la provincia de Baluchistán, una de las regiones más conflictivas de Pakistán, con la presencia de grupos armados separatistas, facciones talibanas y grupos yihadistas. En los últimos meses aumentaron los ataques terroristas en la zona, coincidiendo con la llegada al poder en Afganistán de los talibanes.

Los talibanes cumplieron ayer tres semanas en el poder de Afganistán y todavía no anunciaron la formación de su nuevo Gobierno, mientras la población afgana trata de volver poco a poco a la normalidad en medio de las advertencias de organizaciones de derechos humanos de la crisis humanitarias a la que se enfrenta el país. “Los preparativos para el anuncio del nuevo gobierno y gabinete están en marcha”, escribió ayer en su Twitter el subjefe de la comisión cultural de los talibanes, Ahmadullah Wasiq.

AFGANISTÁN “DESPIERTA”

A la espera de la formación de un nuevo Ejecutivo, en el que los talibanes garantizaron que será “inclusivo”, el país trata de volver tímidamente a la normalidad. Así, los vuelos nacionales se reanudaron este sábado, paralizados desde la victoria talibán. Además, la formación islamista anunció ayer también la reapertura de Shahzada, la bolsa de valores más grande del país. Unos pocos bancos de la capital afgana también se encuentran operativos y las tiendas de alimentación y los principales mercados comerciales están abiertos, aunque apenas reciben clientes debido a la frágil situación económica.

En medio de esta tímida reapertura de servicios, varias organizaciones de derechos humanos advirtieron ayer que la falta de un Gobierno en el país está agravando la crisis humanitaria que arrastra Afganistán desde hace décadas. “Tras tres semanas, todo el sistema en Afganistán está paralizado. Los talibanes carecen de capacidad y conocimientos para dirigir un país”, denunció ayer la directora regional de Amnistía Internacional, Samira Hamidi.

Ante esta situación, la ONU elevó a 510 millones de euros los fondos necesarios para atender las necesidades humanitarias en Afganistán durante los próximos cuatro meses, después de actualizar el plan de respuesta para adaptarlo a “las nuevas necesidades y los cambios de los costes operativos”. Según la organización, en el país 18,4 millones de personas dependen de esta asistencia externa. La mitad de los niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda y la crisis de desplazamiento amenaza con empeorar en los próximos meses.

Por otro lado, seis aviones que prevén transportar a estadounidenses y afganos permanecen en un aeropuerto en el norte de Afganistán, donde los talibanes impiden su salida a cambio de obtener sus “demandas”. “Los talibanes los mantienen como rehenes por demandas”, declaró el congresista Michael McCaul. “Esto se está convirtiendo en una situación de rehenes en la que no permitirán que losestadounidenses se vayan hasta que logren el pleno reconocimiento de EEUU”, agregó McCaul, quien aseguró que, pese a que se autorizaron esos vuelos, “los talibanes no los dejarán salir”.

El enfado en EEUU con la gestión de la crisis afgana va en aumento y así lo reflejó la aprobación del presidente Joe Biden por parte de los estadounidenses, que cayó al 44% en septiembre desde el 50% del junio pasado, debido al manejo de la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán.

Contenido patrocinado

stats