Un tribunal de EEUU tumba los aranceles de Trump

Un tribunal federal de Estados Unidos ha decidido anular la mayor parte de los aranceles globales impuestos por el expresidente Donald Trump, alegando que excedió su autoridad al imponer estas medidas sin el respaldo del Congreso. El fallo, emitido este miércoles, invalida también aranceles dirigidos a China, México y Canadá, vinculados a políticas contra el fentanilo y la migración.

La resolución del Tribunal de Comercio Internacional suspende los aranceles del 30% sobre productos chinos, los gravámenes del 25% a bienes de México y Canadá, y los aranceles globales del 10%, que afectaban a regiones como la Unión Europea. La corte argumenta que estas acciones, ejecutadas bajo la IEEPA de 1977, carecen de validez legal.

En el dictamen, el tribunal declara que el sistema de tarifas de emergencia, incluido el del llamado "Día de la Liberación", es ilegal e incluso inconstitucional, ya que eludió el proceso legislativo ordinario. Se establece una orden judicial permanente para impedir la implementación futura de estas medidas sin la debida aprobación legislativa.

El fallo aclara que la IEEPA no otorga al Ejecutivo una autoridad ilimitada sobre política comercial. Por lo tanto, los aranceles impugnados quedan sin efecto, aunque no afecta a las tarifas sobre acero, aluminio y automóviles, que se mantienen bajo la Ley de Expansión Comercial.

Como medida cautelar, la corte establece un plazo de diez días para que las autoridades federales cumplan con la decisión. Si se confirma en instancias superiores, la sentencia podría congelar la aplicación de la mayoría de los gravámenes, incluso antes de que se renegocien con los países afectados.

El fallo fue redactado por un panel de tres jueces, nombrados por Ronald Reagan, Barack Obama y el actual presidente, en respuesta a una demanda presentada por el Liberty Justice Center, en nombre de cinco empresas perjudicadas por las medidas comerciales de Trump.

La Casa Blanca ya ha anunciado su intención de recurrir la sentencia. Su portavoz, Kush Desai, defiende los aranceles como una respuesta necesaria ante los déficit comerciales y sus consecuencias en la industria nacional. Afirma que el Ejecutivo está dispuesto a usar todos sus recursos para proteger los intereses de Estados Unidos y restaurar su liderazgo económico.