El peligro real de la curva de Angrois "no fue identificado"

El exjefe de seguridad de la Agencia Europea cree que la responsabilidad se dejó al maquinista

Agencias

Publicado: 02 dic 2022 - 00:00 Actualizado: 02 dic 2022 - 09:52

El exdirector de seguridad, Christopher Carr, a su llegada al juicio del Alvia en la Ciudad de la Cultura.
El exdirector de seguridad, Christopher Carr, a su llegada al juicio del Alvia en la Ciudad de la Cultura.

El exdirector de seguridad de la Agencia Ferroviaria Europea (ERA), Christopher Carr, señaló durante una de las declaraciones más esperadas en el juicio del Alvia que “el riesgo de descarrilamiento no se identificó y no se mitigó” en la curva de A Grandeira, de manera que se dejó “toda la responsabilidad” al maquinista. Así lo ha asegurado Carr en un lento interrogatorio y marcado por la necesaria traducción de su declaración por parte de una intérprete, ya que no habla español.

El testigo-perito, propuesto por el abogado de la plataforma de víctimas Alvia 04155, Manuel Alonso Ferrezuelo, ha corroborado el informe elaborado por la ERA sobre el accidente de Angrois, pedido por la Comisión Europea tras reunirse con la plataforma de víctimas del Alvia. Ha confirmado también que la ERA fue constituida para unir y aunar los diferentes procesos de seguridad dentro de la UE y para mejorar la interoperabilidad en el sistema ferroviario y armonizar los distintos enfoques de seguridad entre los Estados miembros.

Ante las preguntas del letrado, Carr ha sostenido que tanto Adif como Renfe debían establecer un sistema de gestión de seguridad que identificara los riesgos y que les obligaba a realizar “un análisis o evaluación de riesgos antes de la puesta en servicio de la nueva línea”. “La introducción de una nueva línea hace necesario evaluar los riesgos que supone la integración de esta a la ya existente”, ha señalado. Además de la evaluación de riesgos correspondiente, Carr ha añadido que existe “un método común de seguridad” en la UE. Este método, que busca “armonizar la forma en la que se realiza la evaluación de riesgos” en los diferentes países de la UE, se estableció en 2009 y entró en vigor en 2010 y señala que todos “los subsistemas técnicos necesitan autorización”.

No obstante, el testigo ha destacado que habría una excepción, correspondiente a proyectos que estén en estado “avanzado”, a los que no se aplicaría este método. Carr ha confirmado que es necesario “justificar” que el proyecto “está avanzado” y que no le consta si Adif notificó este punto a la Comisión Europea. Sí que ha manifestado que es “poco común” que un proyecto esté en estado avanzado “si no se ha realizado una evaluación de riesgos”, porque es cuando se sabe si la línea tiene que realizar determinados “cambios”.

En este punto, Carr ha sido claro y ha señalado que “tanto Renfe como Adif tienen un riesgo conjunto o compartido”. Ha precisado además que cuando los riesgos se exportan al maquinista, realmente el riesgo se traslada “a la empresa”, en este caso a Renfe. “No creo que los conductores los tengan que aceptar como individuos, sino como la empresa”.

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