Los informes señalan que Elisa Abruñedo sufrió gran violencia

Según la Guardia Civil el procesado se mostró tranquilo aunque sorprendido el día de su detención

Juicio del crimen de Elisa Abruñedo en la Audiencia Provincial de A Coruña.
Juicio del crimen de Elisa Abruñedo en la Audiencia Provincial de A Coruña.

Agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación por el asesinato y violación de Elisa Abruñedo en Cabanas en septiembre de 2013 -unos hechos por los que fue detenido diez años después el autor- manifestaron que fue un “ataque sorpresivo”, “circunstancial”, sin seguimiento previo a la víctima, con una “violencia bastante extrema” y sin posibilidad de defensa.

“Las heridas son para causar la muerte”, concluyó, en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña, el comandante de la sección de homicidios de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, a la que se solicitó la colaboración desde la Comandancia de A Coruña. Fue con la participación de un equipo multidisciplinar y en el marco de una investigación que incluye el análisis de pruebas genéticas y de coches similares al que un testigo vio el día de los hechos en una zona próxima al lugar donde apareció el cadáver de la víctima.

Todo ello de cara a localizar al propietario del mismo y con análisis genéticos de numerosos individuos y también de personas con el apellido Rodríguez como el acusado -Roger Serafín Rodríguez-. Esta investigación y otras actuaciones paralelas permitieron concluir que el autor era un varón, pelirrojo, de unos 30 a 45 años, y diestro, esto en base a las lesiones que presentaba la víctima. Antes de la detención del procesado, recogieron muestras en su coche, en la manilla y en un espejo retrovisor, para posteriormente en el astillero de Navantia donde trabajaba detenerlo en octubre de 2023.

Por las lesiones de la víctima; por cómo estaba el coche del acusado ubicado, “mal aparcado” y por otras pruebas recogidas en la zona, han considerado que fue un ataque sorpresivo, por la espalda, y aprovechando el procesado que cuando iba por la zona en su vehículo la vio sola. Los agentes destacaron, al respecto, el hecho de que la víctima fuese encontrada con los cascos que llevaba para escuchar música. “No le da opción”, resumió el comandante de la UCO, para quien “por la forma de matar”, con heridas en el cuello, corazón y pulmón, la agredió con un arma blanca “a sabiendas de que la iba a matar”.

El arma no fue localizada aunque un guardia civil expuso que en el registro en el domicilio del acusado -detenido en 2023 y que ese momento vivía en Narón- se encontró un cuchillo que Roger Serafín dijo que era “similar” al empleado. “Es imposible que ella pudiera defenderse”, insistió en línea con sus demás compañeros.

Fiscalía y acusaciones piden penas que suman 37 años de cárcel frente al Ministerio Público que reclama 32 años en total. La defensa entiende que los hechos son constitutivos de homicidio, no de asesinato, y reconoce la agresión sexual.

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