Por qué los políticos buscan votos en las plazas de abastos
Elecciones Generales 2023
Los candidatos secundarios muestran que “pisan calle” y tratan de evidenciar cercanía al votante
La imagen de candidatos pidiendo el voto en mercadillos o en mercados de abastos es un clásico de las campañas electorales y los motivos para que esta práctica se haya mantenido en España durante décadas se resumen en dos: la cercanía y la abundancia de público objetivo en un mismo espacio, aunque existen matices, según los expertos consultados.
HERENCIA DEL PASADO
Algunos especialistas apuntan a que este tipo de prácticas electorales tiene su origen en las campañas municipales, más cercanas a los potenciales votantes, por lo que se ha convertido en algo “casi histórico” y “tradicional” para los partidos, que muchas veces tiran de programaciones de años anteriores para organizar los actos, lo que lleva a la repetición. “Terminará perdiéndose, como muchas otras cosas”, vaticina un veterano director de campañas electorales.
EN BUSCA DE LA GENTE
Para encontrar marcos en los que colocar el eslogan diario surge la pregunta de los estrategas de dónde se encuentran los ciudadanos una mañana de fin de semana -también otros días donde el mercadillo se celebre a diario. Y las respuestas son limitadas. Quizás no los primeros espadas de las elecciones generales, pero los candidatos provinciales suelen dejarse caer por ese foro del mercado, que no falla a su cita los sábados y domingos. El alcalde de Valladolid y candidato del PP al Senado, Jesús Julio Carnero, admite que “estar en el mercadillo es sentir el comercio de una manera ancestral, como siempre existió, en su propia identidad, de manera tradicional, de manera directa, de manera local, de proximidad”.
LA CALLE Y CERCANÍA
Los expertos consultados coinciden en que la práctica de pedir el voto en el mercadillo es también un mensaje en sí mismo, ya que los candidatos muestran que “pisan calle” y tratan de evidenciar cercanía. “El mercadillo haría visible ese afán de los políticos por demostrar que no sólo pisan moqueta, sino que frecuentan los lugares que podría frecuentar el vecino de a pie, el pueblo, la ciudadanía”, indica el politólogo Óscar Sánchez. Este analista añade que, aunque esta práctica está más ligada a la campaña electoral que al resto de la legislatura, es “un propósito que a los partidos les gusta proyectar”.
VARIEDAD DE PÚBLICO
Los expertos coinciden también en que en este tipo de espacios se mezcla un amplio espectro de la sociedad. “En pleno 2023, las posiblidades de segmentación son elevadísimas, pero el microtargeting desplegado en el mundo digital a través de las redes sociales sigue siendo compatible con una apuesta tan analógica como contactar con públicos tan variopintos que se dan cita en el rastro”. El candidato del PSOE por Salamanca, David Serrada, explica que acudir a un mercadillo en municipios que son cabeza de comarca en la denominada España Vaciada permite contactar con los vecinos de otros pueblos que se desplazan en esa jornada comercial para realizar sus compras.
CARA A CARA
Además, añade Serrada (PSOE), “la gente va con más tranquilidad que en el día a día, predispuesta a pararse, incluso para plantear preguntas muy concretas” sobre sus problemas cotidianos. Carnero (PP), centra su discurso en los titulares de los puestos, a quienes ve como “gente llena de gratitud, de buen hacer, de buen trabajo”: “El mercadillo es un medio de vida y, por ello, yo creo que merece la pena apostar por nuestros mercadillos”. ¿Y resulta duro ese “cara a cara” tan cercano? “No, la gente es educada, si no quieren la propaganda te lo dice de buena manera en la mayoría de los casos”, resume Serrada.
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