Casado rompe con el pasado y se deshace de la sede de Génova
España
El PP quiere huir de las acusaciones de corrupción con una venta con la que podría lograr 36 millones
El presidente del PP, Pablo Casado, decidió simbolizar su ruptura con el pasado desprendiéndose de la sede de Génova, casa del partido desde tiempos de Alianza Popular, y buscará una nueva ubicación para relanzar al PP como un proyecto de centro que recupere la unidad en ese ámbito ideológico. Casado ofreció a los suyos un revulsivo en forma de mudanza tras el mal resultado obtenido en Cataluña, donde los "populares" fueron incapaces de rentabilizar la caída de Ciudadanos y vieron como Vox les doblaba en votos.
Ante sus dirigentes y barones, reunidos ayer en el Comité Ejecutivo Nacional, escenificó un nuevo divorcio con los casos de corrupción pretéritos, de los que no volverá hablar y a los que, junto al PSOE, culpa del retroceso electoral en Cataluña. El PP sufrió una "tormenta perfecta" en la campaña, donde las acusaciones de su extesorero Luis Bárcenas les hicieron "caer a plomo", pero el rumbo fijado en la moción de censura contra Vox es el correcto y es la hoja de ruta que seguirá guiando al PP, argumentó Casado.
El líder del PP reprendió a quienes le reclamaron autocrítica porque "nadie" lo hizo después de que el PP pasara en cinco años de 19 a 4 diputados en Cataluña. Y ofertó a los suyos debate con la celebración de una convención nacional en otoño, la primera desde la celebrada en 2018 en Sevilla, anterior a la moción de censura que sacó a Mariano Rajoy de La Moncloa.
UN “DAÑO INASUMIBLE"
Casado sí corrigió la estrategia de su dirección respecto a los casos de corrupción. Tras ofrecer múltiples entrevistas desvinculándose de Bárcenas y de sus antecesores, dice ahora que no dará más explicaciones "sobre ninguna cuestión pasada que corresponda a una acción personal que no haya sido en beneficio del partido o incluso haya podido perjudicarle". El coste electoral es "tremendo" y el PP no se puede permitir ese "daño inasumible" ante el calendario judicial. Y es que en los próximos meses y semanas el PP verá como sus expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar acuden como testigos al juicio sobre la caja B, por lo que Casado enmarcó en una "regeneración sin actitudes inquisitoriales" la marcha de Génova porque lo que está juzgando la Audiencia Nacional es la reforma de la sede con dinero de la caja B.
Con esta marcha, el partido puede lograr hasta 36 millones de euros con la venta de su sede nacional y entre 140.000 y 160.000 euros al mes si opta por alquilarla, según estimaciones realizadas por el portal inmobiliario Idealista. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, será el encargado de buscar una nueva casa para el PP, cuya localización es aún una incógnita.
La decisión recibió el respaldo de barones como Isabel Díaz Ayuso o el extremeño José Antonio Monago, y también es "adecuada" a juicio del alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida. El portavoz nacional del PP rechazó también las palabras de la exportavoz de la formación en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, sobre Pablo Casado, quien calificó de "errática" la estrategia de Casado en las elecciones catalanes, pues entiende que con ella dejó a "votantes desorientados, huérfanos y sin razón suficiente" para votar al PP.
Al respecto, Martínez-Almeida admitió que el resultado obtenido en Cataluña es "muy malo" y que por ello "corresponde analizar en el ámbito interno cuáles son las causas y corregir si es necesario el rumbo". n
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