La división independentista desinfla la Diada más tensa

La Asamblea Nacional Catalana reta a los políticos a escoger entre independencia o elecciones

Agencias

Publicado: 12 sep 2022 - 00:05

Asistentes al acto organizado ayer por Ómnium Cultural en Barcelona.
Asistentes al acto organizado ayer por Ómnium Cultural en Barcelona.

La división en el independentismo desinfló ayer la movilización con motivo de la Diada del 11 de septiembre, en esta ocasión muy marcada por los abucheos a dirigentes de ERC y por los reproches de la ANC al Govern de Pere Aragonès, al que planteó un reto: “Independencia o elecciones”. La ANC y ERC ya habían chocado tras la negativa del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y los consellers de su partido de participar en la manifestación independentista en Barcelona.

Según la Guardia Urbana, fueron unas 150.000 las personas que asistieron a la manifestación convocada por la ANC, la cifra más baja de la última década, al margen de los dos años de pandemia, si bien la entidad organizadora elevó el número a 700.000. En 2019, en la última Diada antes de la pandemia de coronavirus, la Guardia Urbana cifró en 600.000 el número de asistentes, cuatro veces más que los manifestantes de este año.

En el acto político al término de la manifestación, la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, retó al Govern y a los partidos independentistas a implementar ya la independencia o a convocar elecciones de forma inmediata, y advirtió de que su entidad puede promover una “lista cívica” independentista.

No acudió a la manifestación la cúpula de ERC, pero sí la de sus socios del Govern, JxCat, cuyo secretario general, Jordi Turull, afirmó que su partido pidió a sus afiliados que asistan a la movilización, porque la “gran fuerza del independentismo” para derrotar al Estado viene “de las urnas y las calles”.

La CUP celebró su habitual manifestación en el centro de Barcelona, en la que quemaron fotografías de Aragonès y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

“BOTIFLERS”

La jornada arrancó de madrugada en el Fossar de les Moreres, lugar emblemático donde se concentra el independentismo para recordar la resistencia frente a las tropas borbónicas que tomaron la ciudad de Barcelona el 11 de septiembre de 1714, en la Guerra de Sucesión. Cuando llegó al Fossar la comitiva de ERC -encabezada por la secretaria general adjunta del partido, Marta Vilalta- fue recibida con pitos, insultos y gritos de “botiflers” (traidores).

Los sucesos de la madrugada tuvieron continuidad a primera hora de la mañana en las ofrendas florales al monumento a Rafael Casanova en Barcelona, con pitos y abucheos de decenas de independentistas concentrados en los aledaños contra diferentes partidos. Pero subieron de intensidad cuando llegó el turno de la comitiva de ERC.

En lugar de acudir a la manifestación de la ANC, la plana mayor de ERC ha organizado una comida de “hermandad”, en la que Aragonès apostó por construir una “mayoría imparable e invencible”, con “vocación inclusiva”; y ha defendido la mesa de diálogo con el Estado para lograr “un referéndum y la amnistía”.

Junqueras definió a ERC como “la única herramienta” para avanzar hacia la independencia y ha advertido a los críticos de que “nadie callará” a su partido ni lo convencerá de que “la mejor manera de ganar es ser cada día menos y más débiles”.

Aragonès y Junqueras sí acudieron al acto convocado en Arc de Triomf por Òmnium Cultural, cuyo presidente, Xavier Antich, hizo un llamamiento a “abrir un nuevo ciclo”, incorporando a “nuevos agentes al debate sobre la estrategia independentista y haciendo frente a la “tendencia autodestructiva” del movimiento.

Los no independentistas, entre la mesa de diálogo y la ilegalización

Por otro lado, el mundo no independentista también se pronunció en la Diada. tras participar en las ofrendas al monumento a Rafael Casanova, el primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha replicado a la promesa de Aragonès de que Cataluña “volverá a votar” en un referéndum, recordándole que los catalanes “ya votan” en las elecciones.

El presidente del grupo de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, ha reclamado “más ambición” y “avances más tangibles en la mesa de diálogo”; mientras que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha lamentado que el curso político haya arrancado “demasiado marcado por las peleas entre los partidos del Govern”.

El portavoz de Vox en el Parlament, Joan Garriga, ha propuesto “ilegalizar” los partidos que atenten contra la “unidad” de España. Y para el líder de Ciudadanos en el Parlament, Carlos Carrizosa, “el 11 de septiembre se ha convertido en una reivindicación nacionalista cada vez más excluyente”, una idea compartida por el presidente del PPC, Alejandro Fernández: “antes solo nos insultaban a aquellos que no somos separatistas; ahora incluso se insultan entre ellos”.

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