Ciudadanos avisa al PP que “ni se compran ni se venden”
Patricia Guasp, la nueva líder, se estrena con una crítica a la “derecha identitaría ultra y populista”
Ciudadanos abre una nueva etapa en medio de un año electoral clave para su supervivencia, con un modelo de organización bicéfalo y hasta una nueva imagen corporativa, y que empieza con una ruptura entre el nuevo equipo y Edmundo Bal que ambos se aplican en superar, al dar por zanjada la pelea.
Con la VI Asamblea de Cs, que se clausuró ayer en Madrid, los naranjas culminan la refundación del partido, con la que esperan dar la vuelta a la mayor parte de los sondeos electorales, que vaticinan un fracaso definitivo en los comicios municipales y autonómicos de mayo.
También confían en que el tremendo choque que han protagonizado los de Bal con la candidatura oficialista ganadora, que lideran Patricia Guasp y Adrián Vázquez, se supere de verdad como así es la voluntad del todavía portavoz adjunto de Cs, quien ha dado por superado el choque, valorando la “generosidad” del nuevo equipo al integrar un total de 40 consejeros (incluido él mismo) en el nuevo Consejo General, máximo órgano de gobierno entre asambleas.
La primera intervención de Patricia Guasp como portavoz política dejó claro, sobre todo a Alberto Núñez Feijóo, que los principios naranjas “ni se compran ni se venden” y lo hizo delante del vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP, Pedro Rollán, que acudió a la clausura de la Asamblea como invitado.
Guasp también fue bastante crítica con los de Vox, mucho más de lo que fueron sus predecesores, Rivera y Arrimadas, al cargar contra “la derecha identitaria ultra y populista que añora una España que nunca existió”, marcando una distancia clara con los de Santiago Abascal y reafirmando el giro en la estrategia que se siguió desde 2019 con Albert Rivera.
El primer presidente naranja decidió entonces que el PP era su prioridad a la hora de llegar a acuerdos y no dudó en conformar gobiernos con el apoyo de Vox, los de Madrid, Andalucía y Murcia -el de Castilla y León no dependía de sus votos-. Cuatro gobiernos autonómicos que han perdido en su totalidad y además ya ni siquiera están en los parlamentos madrileño y andaluz.
Ahora tienen todas sus esperanzas puestas en que todo este proceso de refundación que culminaron ayer sirva para reconectar con su electorado y poder mantenerse a flote en las instituciones.
A su favor unas cuentas saneadas, con once millones en caja, que les da un respiro para afrontar sin problemas las elecciones de mayo y las de diciembre.
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