La UVigo estudia los efectos del cambio climático en la Antártida
Los científicos evaluarán la descomposición de las macroalgas por su impacto en la biodiversidad y analizarán también las consecuencias del agujero en la capa de ozono
La Universidad de Vigo volverá a la Antártida en enero de 2023 y enero de 2024 para continuar con un proyecto que iniciaron hace años para predecir los efectos del cambio climático sobre los procesos de descomposición de las macroalgas. El calentamiento global puede acelerar la descomposición de estas algas e incrementar en exceso la liberación de nutrientes al océano antártico, un fenómeno que puede afectar a la vida de las especies desde el fitoplancton a las ballenas y los grandes depredadores.
Además, en esta ocasión van a evaluar también el efecto que tiene el agujero de la capa de ozono y el previsible aumento de la radiación ultravioleta sobre las algas, tanto cuando está vivas como cuando están muertas.
Mariano Lastra, Jesús Souza y Jesús López son los tres investigadores de la Universidad de Vigo que participan en este proyecto, que ganó un concurso del Ministerio de Ciencia e Innovación y cuenta con un presupuesto de 50.000 euros.
Estudian las macroalgas que quedan varadas en la playa a finales del verano austral, en concreto los procesos de descomposición. Si se acelera puede tener consecuencias como la pérdida de la biodiversidad, la reducción de la concentración de oxígeno en las aguas, el aumento de la turbidez, entre otros problemas. Ahora añaden la evaluación del impacto que tiene el agujero de la capa de ozono.
Tras años en los que estaba cerrada o en los que había aumentado el espesor, en fecha reciente se empezó a deteriorar, posiblemente por moléculas que se usan en distintos procesos industriales, y esto implica una radiación ultravioleta mayor.
Como en ediciones anteriores, los científicos tienen previsto conectar desde la Antártida con colegios, institutos o universidades para conectar su experiencia. Estas conexiones en directo desde el continente helado tienen mucho éxito en las aulas. “Tenemos una conferencia por día como mucho porque somos muchos grupos y todos tienen este mismo compromiso, hay que repartir el tiempo. A los alumnos les encanta".
La campaña de los científicos vigueses en la isla Decepción dura un mes, pero llegar hasta allí lleva tiempo y no pocas dificultades. El primer viaje es en avión a Chile o Argentina, en función de donde esté el barco. En estos países deben permanecer dos días antes de zarpar. Luego viene el viaje en barco por el Paso Drake hasta la Antártida que dura tres días.
“Es un mar muy violento, las borrascas pasan en continuo y el barco tiene que pasar entre una y otra, a veces te pilla alguna y es cuando se mueve la cosa”. Una vez en el continente helado, son otros tres días de viaje, porque la base española es la que está más al sur, en la isla Decepción. “Va dejando por islas y bases a los investigadores de distintos países, nosotros somos los del final del reparto”.
“La fauna de allí no conoce al hombre y no le tiene miedo"
¿Qué es lo más sorprendente de la Antártida para un veterano como Mariano Lastra? Lo más impactante para él es el hecho de que sea “un continente que no ha sido alterado y que lo que estás viendo es lo mismo que había hace 10.000 años o incluso 500.000 años, que el hombre nunca haya tenido presencia permanente allí y la fauna no conoce al hombre, no le tiene miedo”. Añade también que el paisaje es “subyugante” tanto en el entorno en el que trabajan como en la Antártida más profunda y sabe que es un “privilegio” trabajar en este “laboratorio casi ideal”.
El investigador de la Universidad de Vigo califica como “un gran logro” que los países hayan podido ponerse de acuerdo en un tratado para que sea un continente destinado a la ciencia y que exista el compromiso de no explotar sus recursos ni ocuparlo de forma permanente si no es para fines científicos.
La zona en la que trabajan es la que recibe más visitas turísticas al año de grandes cruceros. “Está muy controlado, las compañías están sensibilizadas con lo que hacen y la gente que baja a pisar la Antártida también. Tienes unas rutas muy concretas de las que no pueden salir y hay lugares específicos de desembarque. Está bien llevado, otro tema es que algún día se pueda producir un vertido”.
Preguntado por si las especies son de mayor tamaño, dice que hay casos de gigantismo pero no está claro que responda a un patrón general.
“Ahora nieva menos que antes y la lluvia es bastante frecuente”
Mariano Lastra señala que no es meteorólogo y que solo puede hablar de su experiencia, pero el hecho es que ha visto un cambio en la Antártida desde las primeras campañas en las que participó: ahora llueve en el continente helado.
“La primera vez que vinimos, en el año 2004, había mucha nieve, a veces con nevadas intensas de casi un metro. Ahora nieva menos y es frecuente la lluvia, algo que antes en general no ocurría”. Considera que es probable que se esté produciendo un calentamiento en la región de la Península antártica donde se encuentran las bases españolas, mientras que en otras zonas del continente no es así e incluso parece que se están enfriando.
Preguntado por la dureza del trabajo de campo en la Antártida, asegura que “no es particularmente duro”. Lastra señala que “es una zona en la que tienes que tener precaución y seguir las instrucciones que te dan en la base”. Los científicos se alojan en la base Gabriel de Castilla, que gestiona el Ejército de Tierra. Los militares velan por su seguridad, que se basa en unos protocolos, y se ocupan de los traslados en la zona, el mantenimiento de las instalaciones y la manutención. “Cuando hay ventisca o la mar está complicada, simplemente cambias el plan de trabajo. Te quedas en el laboratorio en lugar de salir a recoger muestras”. Conviven entre 25 y 30 personas, de las que 12 son del Ejército de Tierra y el resto, científicos. Asegura que Mariano Lastra que “el 50% del éxito de nuestros proyectos se debe al apoyo que recibimos del Ministerio de Defensa y de los militares que están sobre el terreno. No tenemos más que palabras de elogio y agradecimiento”.
Contenido patrocinado
También te puede interesar