El 30% de las universidades piden servicios al Cacti de Vigo

Reigosa destacó en el acto del 30 aniversario que contribuyó al éxito en la captación de fondos europeos en la UVigo y al ascenso en la cifra de publicaciones internacionales

Los técnicos junto al Cacti.
Los técnicos junto al Cacti.

El 30% de las universidades públicas presenciales de España, un total de 47, solicitaron servicios al Centro de Apoyo Científico-Tecnológico a la Investigación de la UVigo (Cacti).

Las peticiones llegan de más de la mitad de las comunidades autónomas, entre ellas organismos públicos, empresas o centros tecnológicos, y también de Portugal, donde tienen como clientes al 70% de las universidades públicas. En los últimos cinco años prestaron cerca de 15.000 servicios y esto a pesar de la pandemia.

Estas cifras hablan de la potencia de un centro puntero que ayer celebró su 30 aniversario con un acto oficial celebrado en la Facultad de Ciencias Xurídicas e do Traballo del campus vigués al que asistieron el rector, Manuel Reigosa, la vicerrectora de Investigación, Belén Rubio, el secretario xeral de Universidades, José Alberto Díez de Castro, la teniente de alcalde del Concello de Vigo, Ana Mejías, la directora del Cacti, Sandra Bolaño, los responsables de los Cacti de la Autónoma de Madrid, la USC y la Universidad de A Coruña, y los profesionales de la institución viguesa, tanto los actuales como algunos ya jubilados como Betty Leon, que fue su primera directora y recibió un homenaje por ello.

Otro dato que muestra el interés de los investigadores en los sofisticados equipamientos científicos del Cacti son los más de 500 usuarios registrados en su plataforma web para la petición y seguimiento de los servicios ofertados.

La Universidad de Vigo inició los trámites para crear este centro de apoyo a la investigación al poco de nacer, en 1991, y lo inauguró finalmente en 1994 en el edificio que hoy se conoce como Filomena Dato, en el área central del campus. Posteriormente se instaló al Cinbio y abrió otra sede en Ourense.

El rector, Manuel Reigosa, destacaba precisamente que había sido “una apuesta clara por una universidad investigadora, algo que en aquel momento no era habitual”.

Fue un acierto porque, además de prestar servicios fuera, también contribuyó al éxito en la captación de fondos europeos en la UVigo y al ascenso en el número de publicaciones internacionales. “Es una herramienta indispensable, útil y que nos permite competir”, subrayó.

En su discurso el rector vigués no pasó por alto “el enorme compromiso” del personal que trabaja en este centro, a los que considera “auténticos apasionados de su trabajo”.

En el acto se proyectó un vídeo que permitió repasar su trayectoria y se celebró una mesa redonda. Uno de los hitos se produjo en 2016, con el traslado al edificio Olimpia Valencia, en el área de Ciencias, donde se triplicó el espacio y la superficie de los laboratorios.

El homenaje, entre ellos a Betty Leon, segunda por la izquierda.
El homenaje, entre ellos a Betty Leon, segunda por la izquierda.

Actualmente, en el Cacti trabajan una treintena de técnicos repartidos entre la sede del campus de Vigo, que es la de mayor tamaño, y en el edificio administrativo del Campus da Auga en el campus de Ourense. Entre los servicios que presta está el análisis de una amplia variedad de muestras, productos y materiales que van desde las diferentes aplicaciones de biotecnología, economía circular, biorremediación, microplásticos, alimentos, energías renovables, caracterización de compuestos químicos, análisis de ADN y ARN, biosensores, control de calidad, entre otros.

Entre los retos de futuro está el estudio de los efectos del calentamiento global, las estrategias frente las pandemias o el cambio de las fuentes de energía.

Los primeros técnicos del centro reciben un homenaje

El 30 aniversario finalizó con un reconocimiento a la labor del personal técnico de los inicios: Manuel Marcos García, del Servicio de Determinación Estructural, Proteómica y Genómica; Carmen Serra Rodríguez, del Servicio de Nanotecnología y Análisis de Superficies; Jorge Millos Alfeirán, del Servicio de Seguridad Alimentaria de Desarrollo Sostenible; Fernando González Muíños, del Servicio de Asistencia Técnica y Calibración, Satycel, y Antonio Souto Casas, del Taller de Mecanizado.

El centro, que hoy dirige Sandra Bolaño, abrió en 1994 con solo dos servicios y seis técnicos. A día de hoy cuentan con siete servicios: Determinación Estructural, Proteómica y Genómica, Nanotecnología y Análisis de Superficies, Microscopía Electrónica, Desarrollo Sostenible y Seguridad Alimentaria, Detección Remota, Taller de Mecanizado y Servicio de asistencia técnica y calibración Satycel.

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