Sargadelos anuncia el cierre de su icónica fábrica de Cervo
La empresa gallega con más de 200 años anuncia el cese de su actividad tras problemas administrativos
Adiós a una empresa histórica de Galicia. La fábrica de cerámica Sargadelos anuncia el cierre de su planta en Cervo, en Lugo, tras más de 200 años. El administrador único del grupo Sargadelos, Segismundo García, comunicó por carta a Inspección de Trabajo y Seguridad Social que “con fecha de hoy mismo” se procede al cierre de la planta de producción de la emblemática factoría en Cervo (Lugo), “ante la imposibilidad de resolver en plazo las deficiencias” que habían sido detectadas. La misiva fechada ayer se produce días después de que el propio Segismundo García instase por carta a Inspección de Trabajo a “cerrar y precintar” la fábrica tras recibir una multa de 5.000 euros por 36 deficiencias. Las instalaciones de Cervo están declaradas Bien de Interés Cultural y en su carta de ayer, el administrador de Sargadelos incluso llega a sugerir que las aprovechen “para acometer un centro de interpretación de la cerámica”.
En la propia carta remitida con fecha de este 2 de abril, Segismundo García recuerda el requerimiento hecho por la inspección: “Se deberá formar e informar a todos los trabajadores con posible exposición a sílice cristalina sobre los riesgos existentes para su salud...”, recogió. Y remite a una respuesta a ese requerimiento en la que él mismo se refería a la “manifiesta incompetencia” de la dirección “para saber proteger la salud de sus trabajadores y visitantes” e instaba al cierre y precintado de las instalaciones.
“Ante la dificultad para respetar y acometer la ingente normativa vigente, y dado que, según dicen, nuestra salud corre peligro, nos parece obligado no demorar el cierra para evitar multas, sinsabores y dar satisfacción cumplida a esa solícita inspección”, apuntó. En la carta, Segismundo García añade que ve “imposible cumplir sus plazos” y por ello argumenta que recurre al cierre.
Un referente en Galicia
Si bien la explosión de la marca no llegaría hasta los años 70, de la mano del intelectual Isaac Díaz Pardo, el origen de la fábrica se remonta a 1806, cuando Antonio Raimundo Ibáñez, Marqués de Sargadelos, inaugura una fábrica de loza en el lugar de Sargadelos, en Cervo, aprovechando los yacimientos de caolines de la zona. Gracias a su hijo, José Ibáñez, la fábrica vivió su primera etapa de esplendor. Ya en aquel momento quedaron fijadas algunas de las características que, más adelante, definirían a Sargadelos: piezas de color blanco, con esmalte brillante cremoso.
Durante todo el siglo XIX, la compañía viviría etapas muy diferentes, algunas más oscuras y otras de más éxito; hasta que en 1968, el intelectual Isaac Díaz Pardo y el pintor Luis Seoane tomaron las riendas de Sargadelos, apostando por construir una fábrica en el mismo lugar en el que estuvo la del marqués. Esta decisión dio pie, no solo a la cerámica de Sargadelos reconocida actualmente, sino también a todo un movimiento artístico que marcaría el contexto cultural gallego del S.XX.
Hasta bien entrado el siglo XXI, el éxito comercial y el reconocimiento social acompañó a la empresa, que se convirtió en un icono de Galicia, fuera y dentro de la comunidad. Tras la muerte de Isaac Díaz Pardo en 2012, la marca vivió momentos complicados. Un ejemplo es el cierre del Museo Carlos Maside, ubicado en el Complejo de O Castro, que lleva sin abrir al público desde 2016. El museo alberga uno de los fondos más importantes de la pintura gallega, con obras de autores como Castelao, Laxeiro o Luís Seoane. Con la incorporación de nuevos diseños y la incursión de la marca en otros ámbitos como el textil o el de accesorios, Sargadelos parecía revivir en los últimos años, por eso el anuncio del cierre de Cervo causó tanta sorpresa.
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