El mayor buque científico de España se probará en Vigo hasta final de año
INVESTIGACIÓN MARINA
El ‘Odón de Buen’ se estrenó en la Antártida y en mayo testará en la Ría un dron submarino y el resto de equipos
La joya de la corona de la flota científica del IEO-CSIC, el 'Odón de Buen’ abre sus puertas para Atlántico a escasos días de que comience a testarse en la Ría de Vigo. Es el mayor buque oceanográfico de España y se estrenó en febrero en una misión experimental en la Antártida. En mayo comenzará en la Ría el curso de capacitación y ‘training’ de toda su equipación, entre ella un dron submarino con capacidad para descender hasta 6.000 metros de profundidad que estrenará en aguas viguesas -en la Antártida no se empleó-. “Es uno de los equipos más emblemáticos que complementa los ojos del barco”, explica Jordi Sorribas, director de la Unidad de Tecnología Marina del CSIC, acerca de este UAV (Autonomous Underwater Vehicle) de 5 millones de euros fabricado por una empresa noruega. “La mayor parte del equipamiento y tecnología del buque es nacional y la mano de obra local", apunta Sorribas acerca de la construcción del buque en Armón y la contribución de la industria naval gallega.
Precisamente la proximidad al astillero vigués junto con la presencia del IEO-CSIC en Vigo es uno de los motivos por los que este buque pasará largas temporadas en la ciudad, pese a tener puerto base en Cádiz. “Vamos a estar como mínimo hasta final de año aquí con pruebas en el mar para en 2026 empezar con las campañas reales", avanza Sorribas, que participó en la misión de la Antártida. “Fue una salida grande de prueba para ver cómo se comportaba el buque en aguas polares, sobre todo navegar entre hielo”. “Fue un éxito". Así lo comparte también el capitán del barco, Alejandro Marín, de 29 años y natural de Bilbao. “Para mí es un orgullo estar al frente de este buque, que va a ayudar muchísimo a la oceanografía en los próximos años”.
El ‘Odón de Buen’ está capacitado para operar en cualquier océano del mundo y cuenta con certificación polar, lo que le permite trabajar en zonas de hielo joven marino -de hasta un metro de espesor- y apartar los bloques o romperlos. Está considerado como uno de los barcos científicos más avanzados del mundo. Es muy silencioso, está diseñado con una huella acústica muy reducida y bajas emisiones de CO2, pudiendo navegar a gas durante 10 días logrando un 98% de reducción de CO2. Tiene una autonomía de 50 días de navegación y capacidad para albergar a 58 personas.
El crucero de los científicos
Entrar en el ‘Odón de Buen" es como hacerlo en un crucero de lujo pensado para los científicos. Llama la atención la gran amplitud de los espacios, los enormes ventanales y despunta en habitabilidad. Cuenta con cerca de 1.000 metros cuadrados dedicados a laboratorios -electrónico, de análisis y tratamiento de especies, termorregulador o de aguas, entre otros-, y espacios para el trabajo científico especializado, un parque de pesca, un centro de procesado de datos, un sala de informática, sala de reuniones y de conferencia, cocina, comedor, camarotes individuales y dobles, ascensor, área de descanso, biblioteca, gimnasio, sala de juegos y un pequeño ‘hospital’. "Está perfectamente diseñado para la comodidad de la tripulación y el trabajo de los técnicos e investigadores. Este barco rompió el concepto del buque oceanográfico tradicional", indica el responsable del CSIC, Jordi Sorribas, sobre este cachalote marino de 1.700 toneladas, 84,3 metros de eslora y un coste de 85 millones de euros.
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