El furtivismo crece en Galicia pero cae en la costa entre Vigo y A Guarda

El furtivismo se reproduce a lo largo de las costas gallegas con diferentes patrones aunque con una misma intencionalidad: esquivar a las autoridades a fin de capturar la mayor cantidad de pescado o marisco en el menor tiempo posible esquivando las normas establecidas, las cotas y en muchas ocasiones sin respetar las vedas. Los datos facilitados por la Conselllería do Mar de los últimos tres años desvelan diferentes tendencias en función de la zona de la comunidad, aunque en términos generales la cifra va en aumento partiendo de 47.300 kilos a los 61.600 interceptados el último año, entre 2019 y 2021 se detuvieron o investigaron cerca de 200 personas. Las especies favoritas, el jurel, la sardina, mejillón, centolla, almeja japonesa y el pulpo

Sin embargo entre Vigo y A Guarda el balance de kilos incautados en los últimos tres años desvela justo lo contrario. En 2019 la Policía Autonómica le echó el guante a 6,5 toneladas en poco más de 5.000 intervenciones, esta cifra aumentó hasta las 8,3 un año después y en 2021 se redujo considerablemente situándose en 3,3 toneladas, pero con un incremento muy marcado del menudeo si tiene en cuenta que hubo 100 comisos menos en los últimos 24 meses, de 5.993 a 5.811. La tendencia a la baja fue constatada, aunque sin datos concretos, por la Cofradía “La Anunciada” de Baiona. Este pósito cuenta con ocho guardapescas que peinan el litoral comprendido entre Monteferro y piedra Orelluda en Oia. Aquí la especie más codiciada es el percebe pero las cantidades más importantes capturadas en otros puntos de Galicia corresponden a pescado, principalmente sardina o jurel. El caso más significativo se produjo en 2019, en el interior de la provincia de Pontevedra en tan solo dos comisos se interceptaron 12,2 toneladas. El aumento más reseñable fue en el área comprendida entre la costa lucense y Ferrol, en 2020 la cifra apenas llegó a los 400 kilos y en el 21 se disparó hasta los 16.600 en 380 decomisos. Esta es una de las primeras conclusiones reflejadas desde la Consellería y que les sirve como espejo para conocer la evolución del furtivismo, un caso opuesto a los anteriores es el de Arousa sur en donde las intervenciones superan en número a las incautaciones, 5.811 y 3.322 en 2021, respectivamente.

Otra de las grandes deducciones que se obtienen de los datos, tal y como indican las fuentes oficiales, es que la pandemia condicionó en gran medida la actividad furtiva con dos grandes excepciones: de Coruña a Malpica y de Vigo a A Guarda.

“Rasqueta II”, la operación de más calado en la Ría de Vigo

La Policía Autonómica y el Instituto Armado persiguen un mismo objetivo aunque por caminos paralelos. Desde el Puesto Principal de la Guardia Civil Baiona-Nigrán se puso en marcha la operación de mayor calado en la Ría de Vigo. “Rasqueta II” desarticuló una red cinco veces mayor a la de su predecesora, “Rasqueta I” en 2019, y que se saldó con 6 detenidos, 4 investigados y más de media tonelada de percebe incautado. Un crecimiento exponencial si se tiene en cuenta que de la primera a la segunda hubo poco más de un año de diferencia. El responsable del operativo, el teniente-comandante Marcos Lago Vidal equipara este tipo de estructuras delictivas con las del narcotráfico. La reforma del Código Penal en 2015 abrió la puerta a la penalización de la actividad al enmarcarse dentro de los delitos relativos a la flora y la fauna incluyendo las penas de prisión que de por sí no suelen acarrear cárcel al no superar los 2 años, no siendo así en casos de reincidencia y pertenencia de organización ilegal.