El conflicto del metal acelera su escalada en Vigo: "La huelga es imparable"
Los empresarios ven “una estrategia política de los sindicatos”, a los que acusan de servir de “emisarios”
El conflicto del metal por la firma del convenio laboral en la provincia, un conflicto que se concentra en Vigo, dio otro paso hacia su radicalización con el anuncio del sindicato CIG de que la huelga “es imparable”, lo que aleja la posibilidad de un acuerdo con las patronales, con Asime a la cabeza. Esta semana hay dos paros convocados, jueves y viernes, dentro de la escalada, y dos más previstos para este mes. Hay unos 30.000 trabajadores pendientes de un acuerdo que para los empresarios pasa en primer lugar por que los sindicatos desconvoquen las protestas en la calle, lo que las centrales han rechazado de plano. En estas condiciones, el conflicto sigue subiendo de temperatura. Asime fue muy dura la pasada semana al señalar que hubo actos de “semiterrorrismo” durante la celebración de la feria Mindtech en Ifevi.
CIG lamentó el intento de la patronal del metal de la provincia de "criminalizar" la lucha de los trabajadores y de querer operarios "sumisos y obedientes", al tiempo que reivindicó que ha sido a través de huelgas y presión como se han conseguido incrementos salariales en los convenios por encima de la media gallega y nacional. Así lo aseguró su secretario general, Paulo Carril, quien subrayó que los aumentos de salarios, los convenios con cláusulas de revisión y otros logros han sido fruto de la movilización de los trabajadores y también de la negociación y el diálogo. Con esos mecanismos, señaló, se han firmado acuerdos en diferentes sectores en Galicia, y también en el metal de las provincias de A Coruña, Lugo y Ourense. En cambio, lamentó que la patronal del metal "ejerce como un capataz de una plantación de algodón", como "mamporreros", y no solo intenta "criminalizar" la huelga, sino que "instiga actuaciones policiales desproporcionadas e ilegales". Todo ello, añadió Paulo Carril, para "ocultar su incapacidad y su nula voluntad de negociar".
"En vez de repartir estaca, que den más salarios", proclamó el secretario de CIG, quien se mantuvo en que los representantes empresariales "quieren trabajadores sumisos y obedientes", mientras los beneficios de las compañías siguen subiendo. Carril reiteró lo ya trasladado por las federaciones comarcales de Industria de CIG, CC.OO. y UGT, en el sentido de que se mantendrán las movilizaciones a pesar de que la patronal ha puesto la suspensión de la huelga como condición para retomar las negociaciones. "No es incompatible negociar con la huelga, la huelga es imparable, a esto nos ha abocado la patronal, el problema lo tiene Asime y la patronal de Pontevedra". Por otra parte, el responsable de la CIG mostró su preocupación porque "algún alcalde" se sume "a la idea de criminalizar" las protestas en ciertos sectores, en lugar de "poner la vista en la parte más débil, que son los trabajadores". Mientras, el responsable de Negociación Colectiva de la CIG, Francisco González Sío, proclamó que las reivindicaciones de los trabajadores "son adecuadas" a la situación de pérdida de poder adquisitivo y crisis inflacionaria.
Los empresarios: "Mienten"
Mientras, la parte empresarial, tras conocer las declaraciones de CIG, aseguró que “se ve claramente la estrategia política de algunos sindicatos, probablemente siguiendo instrucciones para sacar rentabilidades electorales, nos quedaban pocas dudas de ello". Añadió que “no permitiremos que se nos use como arma política, que resuelvan en sus ámbitos sus diferencias”. Desde la patronal se indicó que el convenio del metal es de los que mejor retribuye de cualquier sector en Galicia y fuera de Galicia.
“Mienten continuamente a sus propios representados llevándolos a una situación límite mientras usan sus cajas de resistencia o pagos por asistir a las manifestaciones para intentar hacer daño político”, indicaron. “Somos empresarios y no políticos, negociaremos y acordaremos como siempre, en la mesa de negociación de la que nunca nos hemos ido”, advirtieron los empresarios, quienes señalaron que los sindicatos "debieran hacer labores de representación laboral y no de comisarios o emisarios políticos, es decepcionante su poca aportación a la sociedad”.
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