Saavedra: “Estoy satisfecho porque fue un bronce muy trabajado”

Juegos Paralímpicos

"Empecé bien, pero se me fueron dos disparos y tuve que pelear para terminar en el podio", asegura el triple medallista paralímpico, el único tirador español con tres podios

Publicado: 02 sep 2024 - 08:29 Actualizado: 02 sep 2024 - 13:20

El tirador pontevedrés residente en Vigo logró el bronce con la carabina de aire de diez metros.
El tirador pontevedrés residente en Vigo logró el bronce con la carabina de aire de diez metros.

Juan Antonio Saavedra (Pontevedra, 21 de noviembre de 1973) obtuvo ayer su tercera medalla en unos Juegos Paralímpicos tras cosechar el bronce en la disciplina de carabina de aire de 10 metros. Es la primera presea que obtiene en esta prueba, ya que las dos anteriores las logró con el rifle de precisión de 50 metros en posición tumbada. Ésta es su gran especialidad y la afrontará el jueves. Eso sí, llegará a la cita con menos presión porque “ya tengo una medalla, la afronto más tranquilo”. El tirador, nacido en Pontevedra pero residente en Vigo desde hace más de dos décadas, aseguró que estaba muy contento con el podio porque “fue un bronce muy trabajado. Hacía mucho calor y hubo que pelearlo”. En Londres 2012 alcanzó la plata en disparo tumbado de 50 metros y en la misma arma, pero en Tokio 2020 -año 2021-, se hizo con el bronce.

¿Cómo vivió la final?

Fue un carrusel de emociones. Empecé bien, con acierto, pero tuve dos tiros ahí que no los vi. Creí que iban al sitio, pero no. Pasé de ser primero a estar más abajo. Ya no sé, pero me tocó luchar para ir recuperando y asegurar el bronce. Al final, el resultado fue bueno, pero el día fue complicado y para llegar a la medalla tuve que trabajarlo. Hacía mucho calor y estaba sudando mucho con el traje. Hay que pensar que yo llegué a París sin nada y, por ahora, ya tengo una medalla. A ver si consigo otra.

¿Le afectó mucho ese 9.9 en la tercera ronda?

Sí, sí. Fue un 9.9 y un 10.1. Sí que me influyeron. Tuve que parar, calmarme y pelear hasta el final. Es lo que hice. Las finales se hacen muy complicadas y una de las competidoras disparó fuera de tiempo. Hay que tener un poco de suerte o, al menos, no tenerla mala. Terminé muy satisfecho.

¿En la final se da cuenta del puesto en el que va?

Sí, sí. Tenemos unos monitores con las puntuaciones y lo vas viendo. Eso añade mucha tensión porque sabes todo, las décimas y la distancia. Además, las diferencias son mínimas y de un tiro bueno a uno malo, cambia mucho. Es la gracia que tiene el tiro olímpico.

Su especialidad es el rifle de 50 metros, pero sacó la medalla en los 10. ¿Le saca presión?

Sí, sí. La verdad es que sí que me quita presión. Ya tengo una medalla de París y sí que voy más tranquilo a la competición. Estaré con la tensión del evento, igual que todo el mundo, que siempre se está hasta arriba el día de competir. Sí es cierto que en los diez metros me llegó el premio tras mucho trabajo y varios juegos paralímpicos. Es algo que se ve en la final, pero la preparación es de mucho tiempo: entrenar, competiciones, clasificaciones… Todo para que el día marcado las cosas puedan salir bien. A veces sale y otras veces no. Se quedó fuera de la final gente que debería estarlo, pero no pasaron el corte. La campeona del mundo no se metió. El tiro tiene estas cosas. En ocasiones, te da alegrías y, en otras, tristezas, y hoy tocó una alegría. Y esperemos que el próximo día todavía sea mayor.

¿Cómo es el tiro de aire de 10 metros?

Se llama carabina de aire tendido, pero no estás tumbado en el suelo. Es tendido porque se apoyan los dos codos, por eso se llama así. El arma es diferente a la de 50 metros. Ésta es de aire compimido y la de 50 es una bala con un arma mucho más grande y pesada. Es totalmente diferente y sí que es cierto que es algo más inestable, pero también estás más cerca, pesa menos… Cualqueira de las dos especialidades es complicada. Yo no tengo una preferencia, pero quizás me divierte más el disparo de 50 metros porque ahí tienes las variantes de la luz y el viento. Esta es más precisa, se consiguen más puntos y el nivel es más alto, con muchas menos diferencias. En los 10 metros, hasta que no ves que quedan cuatro, no sabes lo que puede pasar.

¿El error se paga más?

Aquí un error se paga mucho más. Aquí perder unas décimas ya puede ser un mal tiro y en los 50 metros todavía puede ser bueno. Es una disciplina más de cabeza, de aguantar más psicológicamente la presión y el de la larga distancia es más de técnica, de capacidad. Son pruebas diferentes y hay que especializarse.

¿Cómo se queda el cuerpo tras conseguir una medalla paralímpica?

Muy relajado. Mucho más que antes de la final y antes de empezar la prueba por la mañana. Estoy tranquilo y en un modo ‘zen’ absoluto. Poco a poco, ya pienso en entrenar desde ya los 50 metros para el jueves dar otra alegría. Subir al podio siempre sienta bien, da igual la posición. Aunque, lógicamente, lo que mejor sienta es el oro e intentaremos hacer sonar el himno de España en la siguiente ocasión.

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