Damián Ramos, del Louriña, consigue el bronce en París
Juegos Paralímpicos | Ciclismo
El gallegoobtiene la tercera posición en la contrarreloj C4 de los Juegos Paralímpicos de París
Un tercio de Clichy-Sous-Bois, al este de París, son bosques. La comuna dispone de 1.500 habitantes y miles de árboles en sus bosques urbanos hasta el punto de llamarse la Cité des Bosquets. Muchos, muchos árboles, que no impidieron a Damián Ramos ver y alcanzar el bosque que estaba en medio de la masa forestal. En París, con una medalla paralímpica de ciclismo en el pecho, completó el ciclista coruñés que milita en el Louriña su transición deportiva de élite desde que en aquel lejano 2014 se destrozó el tobillo y casi se deja la vida. Sucedió en una caída dentro de un raid de aventura y su rescate terminó con un accidente de helicóptero. Una década después, en París, Damián Ramos sufrió para cruzar la línea de llegada en la tercera posición de una contrarreloj difícil en la que comenzó líder en el primer cuarto de recorrido, pero en la que tuvo que sufrir mucho para poder terminar entre los tres mejores. El ciclista sabe que su fuerza está en los kilómetros iniciales y que, después, cae su ritmo por lo que el riesgo de salirse de las posiciones del cajón existía. No lo hizo ya que, entre árboles, mantuvo la concentración y la postura de contrarreloj para impulsar los pedales con agonía, con sufrimiento extremo para terminar a 1:19.45 de la primera posición. Y, sobre todo, con dieciséis segundos de renta sobre la cuarta plaza del belga Louis Clincke. La distancia que separa la gloria a quedarse con la medalla de chocolate.
En su competir habitual en la lucha contra el crono, Damián Ramos marcó el mejor tiempo en el primer paso cronometrado y a mitad de recorrido, en la primera vuelta al trazado de Clichy-Sous-Bois, ya se dejaba cinco segundos con el oro del francés Kevin Le Cunff. Parecía que peleaba por la victoria, pero no, el representante del Louriña sabía que su lucha estaba por el bronce pese a que marcaba el segundo tiempo. En el ecuador del segundo giro al trazado ya marchaba tercero y quedaba sufrir, poner todo en cada golpe a los pedales. Sudar y avanzar en la agonía para resistir. Y lo hizo Damián Ramos para, diez años después de ‘volver a nacer’, subir a un podio en unos Juegos Paralímpicos. Y así, celebrarlo con los suyos, que lo esperaban tras las vallas en la línea de llegada.
Ramos: "Hoy es el día más feliz de mi vida, sin duda"
El ciclista coruñés Damián Ramos dejó claro que era "sin duda, el día más feliz" de su vida después de conseguir la medalla de bronce en la contrarreloj de la clase C4 de los Juegos Paralímpicos de París en la que sus "ganas de soñar" le hicieron mantener siempre sus opciones.
"Hoy es el día más feliz de mi vida, sin duda. He tenido fechas clave en mi vida, el día que nací, por supuesto, el que tuve el accidente de tobillo tan grave que me tuvo dos años en silla de ruedas, el 24 de agosto, que viajé a París, que se cumplían diez años, y hoy", expresó Ramos tras su contrarreloj. El del Louriña quiso "agradecer" este éxito a toda la gente que le ha "apoyado" después de un 2024 "muy complicado porque un ciclo olímpico es salvajemente difícil". "El objetivo está cumplido y no hay nadie más feliz que yo, lo prometo", reiteró el deportista de la entidad porriñesa.
Su crono la hizo en su "línea". "Como mi entrenador sabe, siempre voy de más a menos, suelo pinchar como un globo y es esa capacidad, esas ganas de soñar, de apretar, lo que me vuelve a mantener en carrera. De hecho, escuchaba por la radio que estaba afuera, pero gracias a mi capacidad de sufrimiento pude otra vez resarcirme y subir y finalmente volver a ser tercero porque sabía que en los parciales iba primero, segundo, tercero, cuarto. Así que por los pelos, pero lo tengo", remarcó.
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