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El histórico debut del Conservas Orbe Zendal Porriño en una competición continental se saldó con una arrolladora victoria del conjunto de Isma Martínez, que se impuso ayer de principio a fin a un SSV Brixen Sudtirol menor cuantitativa y cualitativamente. Las pérdidas de balón -nada menos que 34, 18 en la primera parte- y la falta de rotaciones condenaron al equipo italiano frente a un Porriño que dejó resuelta esta primera eliminatoria de la Copa Europea en el partido de ida y convierte en un mero trámite el duelo de vuelta de mañana, de nuevo en el Municipal.
La primera diferencia entre los dos contendientes fue numérica, porque el club italiano desplazó a O Porriño a once jugadoras -incluidas las dos porteras-, lo que dio a su entrenador pocas posibilidades de ir refrescando a su equipo. Por el contrario, Isma Martínez convocó a dieciséis y su equipo sí pudo mantener la intensidad a lo largo de los sesenta minutos, aunque en la segunda mitad se sintió tan superior que cometió errores que no se vieron en la primera.
La segunda diferencia estuvo en la defensa, mucho más intensa y efectiva la porriñesa (ayer visitante), con recuperaciones continuas que permitieron contragolpear y anotar goles fáciles. En ataque, las de negro -cambiaron el rojo habitual- apenas perdieron balones antes del descanso (4) y consiguieron terminar casi todas las jugadas -algunas, eso sí, con la puntería desviada-, todo lo contrario que las italianas, que dieron muchos pases a las locales y sólo mostraron a cuentagotas el talento de sus mejores jugadoras.
No obstante, el principio del encuentro no reveló la distancia sideral entre los dos equipos que se vio después porque la portera Francesca Luchin mantuvo durante unos minutos a su equipo con un par de paradas que dejaron equilibrado el resultado. Aitana Santomé abrió el marcador y Caro Bono puso el 0-2, pero la exclusión de esta última por un disparo a la cara de Luchin permitió a las italianas igualar el resultado con tantos de Hilber y Zizzo (2-2, min.6).
Aitana Santomé puso de nuevo por delante a su equipo y, a partir de ese momento, ya no hubo marcha atrás. Entre la defensa y Fátima Ayelén cerraron la portería local y, aunque Luchin seguía parando, los goles empezaron a caer a la contra pese a la exclusión de Sarai Samartín.
Paulina Buforn puso el 2-6 cuando el Porriño atacaba sin portera y Lucarini redujo diferencias desde los siete metros. Después, sólo algún error en el lanzamiento impidió a las de Isma Martínez irse antes en el marcador porque el Brixen Sudtirol empezó a perder balones ataque tras ataque y la diferencia se fue ampliando, primero poco a poco y, después, más aceleradamente.
Moviendo el balón con rapidez y sacando a la defensa italiana de su sitio, el Porriño pasó de un 4-7 a un 6-13 en apenas diez minutos y llegó al descanso con una diferencia de siete goles (10-17, min.30).
Pero fue en el comienzo de la segunda mitad cuando el equipo de Isma Martínez -que rotó continuamente a sus jugadoras- rompió el encuentro y buena parte del mérito se debió al brazo de Mica Casasola, que con disparos lejanos o en penetraciones llegó hasta los diez tantos y disparó a su equipo en el marcador.
Cuando la diferencia llegó a diez goles (14-24, min.40; 15-25, min.42), el entrenador de las italianas, Konrad Pfitscher, paró el partido para intentar dar aire a su equipo. Pero las de negro habían olido la sangre y siguieron golpeando, a veces con acertadas conexiones entre Ana Palomino -que jugó la segunda parte- y Maider Barros; otras contagiándose de la precipitación de su rival. Finalmente, las porriñesas consiguieron una renta de 15 goles que deja prácticamente decidida la primera eliminatoria europea del Porriño.
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