Morir de pie a pesar del vendaval

El Celta a punto estuvo de sumar un punto en un partido extraño en el que el Real Madrid, a pesar de jugar a medio gas, amenazó con arrollar a los celestes. Pero estas amenazas no se llegaron a cumplir por la falta de acierto de los blancos y la inspiración de Javi Varas. Y gracias a ello el Celta llegó vivo al último tramo del partido, en el que Park tuvo una oportunidad de oro para marcar el tanto del empate. El larguero lo impidió y los de Resino piensan ya en el derbi, en el que no les está permitido fallar.

miguel romáN. vigo

Publicado: 11 mar 2013 - 07:00 Actualizado: 10 feb 2014 - 12:47

Diego López se estira para tratar de llegar a un balón tras una falta botada por Quique de Lucas. (Foto: MARTA VÁZQUEZ)
Diego López se estira para tratar de llegar a un balón tras una falta botada por Quique de Lucas. (Foto: MARTA VÁZQUEZ)

APUESTA POR DE LUCAS

La gran sorpresa en el once del Celta fue la presencia de De Lucas. Y si sorprendente fue su titularidad lo fue más la posición que ocupó. Resino no lo utilizó de segundo delantero ni tampoco jugó pegado a la banda derecha. El catalán ocupó una demarcación mucho más retrasada de lo habitual y un tanto indeterminada. Se movía por el centro del campo, un poco más adelantado que Oubiña y compartiendo la tarea de dar salida al balón con Álex López. El experimento no dio resultado.

BUENOS MINUTOS

A pesar de lo perdido que se le veía a De Lucas, el Celta comenzó bien el partido. La necesidad le hacía jugar sin miedo ante un Real Madrid muy relajado. Los primeros minutos fueron de los vigueses, que incluso dispusieron de alguna ocasión.

LA TRAMPA

El Madrid, a pesar de su apatía, se fue yendo arriba con el transcurso de los minutos. Sin embargo, caía una y otra vez en la misma trampa: el fuera de juego. Los blancos trataban de ganar la espalda a la adelantada defensa del Celta, pero ésta estaba hábil para tirar el fuera juego. Los cinco primeros ataques del Real Madrid acabaron de la misma forma: con el juez de línea levantando el banderín.

EXTRAÑO VENDAVAL

Salió bien en los primeros 25 minutos, pero el Celta estaba jugando con fuego. El vendaval se estaba desatando e iba a ser difícil salir indemne de él. Pero ayer el Madrid no tenía un buen día, no fue tan efectivo como suele ser. El equipo blanco dispuso de hasta seis claras ocasiones antes del descanso y no logró acertar en ninguna de ellas. El Celta terminó vivo la primera parte y no sabía muy bien como lo había logrado.

REACCIÓN

Uno de los detalles más positivos del encuentro de ayer es que el Celta tuvo capacidad de reacción. Cuando Cristiano Ronaldo marcó el primer gol, muchos daban por acabado el partido. Pero los celestes no se vinieron abajo y sólo un minuto después Iago Aspas empató. El Celta no estaba muerto. Iba a vender cara su derrota. Un detalle de coraje a tener en cuenta de cara al futuro.

EL BORRÓN DE VARAS

El partido de ayer fue especialmente amargo para Javi Varas. Fue, sin discusión, el mejor del Celta en la primera mitad, pero en la segunda fue protagonista muy a su pesar. En el primer tanto blanco ya no estuvo demasiado acertado en su salida, pero su gran borrón fue el penalti, totalmente innecesario, que cometió sobre Kaká. Esa acción hizo casi imposible que el Celta sumase un punto.

EL BANQUILLO TAMBIÉN EXISTE

Uno de los talones de Aquiles del Celta es la escasa aportación de sus jugadores de banquillo. Ayer, sin embargo, los que salieron en la segunda mitad sí que aportaron. De hecho, Pranjic completó sus mejores minutos como jugador del Celta y tras un buen centro suyo casi llega el gol del empate. Lo tuvo Park en su cabeza. El coreano no estuvo acertado, pero al menos se le notó mucho más activo.

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