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Por unas felices fiestas
Entrevista
Lorea Murgoitio (Eibar, 35 años) compagina el boxeo profesional en el Flow Combat con las clases de profesora en el Gimnasio Arenal. Una de las pocas deportistas en activo que hace de este deporte su profesión. De niña llegó a Vigo y se quedó.
¿Cómo es su día a día?
Básicamente, me levanto, desayuno y ya vengo al gimnasio a trabajar. Después entreno, como, vuelvo a trabajar y, si es posible, hago una nueva sesión de entrenamiento.
Mujer, boxeadora y que consiguió hacer de esta disciplina su profesión. ¿Cómo fue?
Después de muchos años. Comencé de adolescente con diversas artes marciales y fui derivando al cambate y, después, al boxeo. También veía MMA… Me animé a practicar boxeo para mejorar la parte de golpeo y ya no lo dejé. Son muchos años, primero entrenando, después compitiendo y, como último paso, enseñando la disciplina a otras personas. A entrenar fue algo de rebote. Realmente dedicas todo el tiempo a competir y comienzas echándole una mano a uno, que si viene un colega y le enseño… Pones unas horas y ves que esto te gusta… Comencé a formarme ahí y fue cuando me empecé a tomar en serio lo de enseñar.
¿La animó que no le había gustado experiencias de su pasado?
No me voy a poner a rajar ahora, pero sí que creo que he ido probando diferentes estilos de aprendizaje y he probado diferentes entrendores y gimnasios. Adquirí lo que me gustaba de cada uno porque de todos se puede sacar algo y también descarté lo que no me gustaba, no me aportaba o, incluso, lo que me impulsaba a dejarlo porque también me ha pasado. Tuve que pasar por ciertas vicencias en las que piensas que igual no te compensa lo que te gusta el boxeo para aguantar situaciones que estás pasando.
¿Cómo es el boxeo actual?
El deporte está cambiando mucho. Hace años sí que había muy pocas mujeres y, en la actualidad, sí que hay muchos más hombres que mujeres, pero sí que creció mucho el número de mujeres. En los últimos quince años creció mucho y en Galicia, también. Es una de las comunidades en la que hay más licencias femeninas. Y sí que está cambiando para todos, no sólo para las mujeres. La concepción que había era parecido a lo que se piensa en la calle de vamos dos al gimnasio y nos pegamos. En la actualidad es mucho más didáctico, se enfoca a las escuelas deportivas y a enseñar el boxeo desde pequeños como un deporte olímpico que es lo que es. Una vez superados los prejuicios, sí que se está animando más la gente a practicarlo.
¿Cuesta encontrar rivales como profesionales?
Lo de las pocas rivales también es en el boxeo olímpico entre mujeres. En hombres, al haber más volumen y tener a más gente que quiera competir, también es más sencillo encontrar oponentes para poder rodarte. La idea es hacer bastantes combates a lo largo del año para ganar experiencia y cuando no tienes gente en Galicia o en las comunidades vecinas para pelear, igual haces dos o tres combates al año. O, directamente, tienes que ir a un campeonato oficial y eso no lo puedes afrontar como un rodaje. Vas a por un objetivo y te resta experiencia. En boxeo profesional todavía es más acentuada esta situación. Aquí es el promotor el que las tiene que buscar y, normalmente, tienes que pagar para que venga una rival porque en Galicia somos dos púgiles en activo y ni nos acercamos en la categoría de peso.
Y también puede darse que no te den combate porque igual ganas a la organizadora.
Sí, sí, puede darse, pero igual es más arriba. A un nivel superior. Cuando comienzas, sí que buscas tener oponentes, pero es un trabajo para el promotor que es el que tiene que valorar. El trabajo como boxeador profesional es estar siempre preparada. No vas a estar siempre en un pico de forma, pero sí que debes estar en forma y cuidarte para, en el momento que venga una oportunidad, dar el acelerón final.
¿A qué aspira?
Me considero un poco mayor porque ya tengo 35 años, pero creo que todavía tengo tiempo para conseguir cosas. Por mi experiencia y porque sé lo que tengo, creo que aún pudo ganar cosas. Hablo de un Campeonato de Europa o de subir todavía un poco más.
Y el boxeo olímpico queda ahora para sus alumnas.
Sí, sí. Ya tengo a una que quedó campeona de Galicia (Alba Parreño) y tengo a otras que van a debutar este año. Están empezando, pero ya tienen aspiraciones y posibilidades. Todo el mundo que viene a probar me pregunta cómo enfoco las clases y el entrenamiento. En principio, yo no entreno a nadie para competir. No busco la parte física ni la estética, lo que busco es enseñar boxeo y que el alumno que está conmigo que mañana pueda ir a una velada o verla en la televisión y entienda lo que está pasando en la parte técnica, en la táctica y en la estrategia. Todo lo demás, es una consecuencia. Me refiero a la parte física y la mental con la autoestiva. Todo eso viene de aprender día a día este deporte.
Es siempre el concepto de que no te peguen, que no siempre se entiende.
Es la típica frase que se dice siempre: “El boxeo es pegar al otro sin que te peguen a ti”. Pero lo difícil es aplicarlo. Y, lo ideal sería que no te pegasen nunca, pero es muy complicado porque todos trabajamos para lo mismo. Pero sí que es verdad que te enfocas en poder puntuar, trabajar la defensa y no tener prisa en pegarte. Para eso hay tiempo. Tienes que ir paso a paso con un aprendizaje básico, después pasar a parejas sin contacto y, por último, si quieres, aplicarlo a contacto en un entorno muy controlado, sin riesgo. Eso da confianza para después trasladarlo a otros lugares.
Una clase tiene muchos aspectos sin ser un combate.
Claro, entrenas sin riesgo real. No hay más que el que puedes tener caminando por la calle y te tuerces un tobillo. Me gusta trabajar con intensidad en cada sesión, lo más cerca posible a la real. Eso sí, sin accidentes, pero sí que me gusta apretar a los alumnos, que sientan que trabajan cuando vienen aquí y siempre enfocado al boxeo. No me gusta cansar a la gente por hacerlo. No los voy a poner a correr una hora ni hacer abdominales una hora. Que se cansen por hacer boxeo.
¿Encuentra entrenadoras?
Hay pocas, pero las hay. Son como las meigas: “Habelas, hailas”. Yo no me siento de ninguna manera especial, no me ven raro. La mayor parte de la gente ya me conoce por mi faceta de deportista. Es cierto que por mi entorno, que es Galicia, estoy en un ambiente controlado. No creo que haya un trato diferencial. Si vamos a un Campeonato de España, va un seleccionador y no soy la responsable, lo sufro desde fuera. Pero sí que fui a alguna cita internacional y ahí sí que voy yo. Llevé a Nuria (Castro) al Algarve hace poco y ahí sí que hay más chispa y tensión. Ese viaje me sirvió para ver el nivel que hay fuera, lo que se hace por ahí y también comprobar que mi boxeadora puede ir a un evento internacional y que, después, puede afrontar uno en España sin peligro porque tiene ese nivel. Y respondió muy bien.
Y también decir que si hay compitiendo de nivel, que usted prepara a boxeadores.
Sí, sí. No voy a ir a robar deportistas a nadie. Lo tengo claro. Si alguien quiere venir y probar conmigo, puede hacerlo. Si alguien quiere venir a una clase en la que todo el mundo se sienta cómodo, que lo haga. Tengo a alumnos desde niños hasta mayores de sesenta y todo el mundo encaja. Y también hago sesiones individuales y lo que sea necesario.
¿Cómo es de exigente la Lorea entrenadora con la boxeadora?
Cuando estás todo el día viendo a otros y buscando como ayudarles, cuando te ves a ti misma, también te fijas en todo. Observas los errores y los puntos a mejorar. Hay que intentar encontrar un equilibrio entre la búsqueda de la perfección y saber que es muy difícil llegar a ella. Hay que intentar tener los pies en la tierra, comprobar en lo que se mejora y tener objetivos que se puedan alcanzar e ir hacia ellos.
¿Cómo influye el boxeo en la autoestima?
Creo que a todo el mundo le viene bien. Cada uno tiene sus historias y, en diferentes situaciones puede venir muy bien. Hablo de adolescentes que igual no lo pasan bien en el colegio y no hablo de defenderte, hablo de verse capaz de hacer un deporte que es complejo. Si compruebas que puedes hacerlo, vendrá muy bien. Tengo un grupo en el gimnasio de prevención contra el suicidio y creo que estamos aportando mucho a las personas que lo integran. Vienen felices a entrenar y yo también lo paso bien. Se puede adaptar a todo tipo de gente.
¿Alguna gente practica boxeo para sentirse más segura en la calle?
De primeras puede venirte alguien porque quiere aprender a defenderse y así. Pero a mí me gusta ser clara. Yo no enseño a la gente a que aprenda a defenderse para que se meta en líos por ahí. Si vienes así, ya te voy a decir lo que hay. Lo que sí es cierto es que te ayuda por la confianza que tienes en ti misma. Los boxeadores, cuando llevamos un tiempo, somos más de los que evitamos el conflicto y confías en ti. Puedo ir por la calle y me puede atacar cualquiera, pero tengo la confianza de que, si yo no quiero, no habrá jaleo. Tengo tanta confianza en mi defensa que, si no quiero, no me vas a tocar.
¿Cuesta dinero el boxeo?
Cuesta dinero, cuesta. En el boxeo profesional se pacta una bolsa por duelo. Lo que sucede es que es tan baja que, seguramente, en cuanto la cobras, se te va todo en la recuperación con el fisioterapeuta, pruebas médicas y demás. De competir no puede vivir, tienes que tener un trabajo para complementarlo. Y un poco más en mujeres porque es raro ver un combate de fondo de un duelo femenino. Por eso las bolsas acostumbran a ser menores y también hay mucha gente que cree que la mujeres no deberíamos cobrar lo mismo que los hombres. Es mucha gente y mucha conocida. Creo que eso no es así porque, si has tenido las mismas oportunidades, el mismo trabajo y has llegado al mismo lugar que un hombre, no tiene porque ser así. Cuando voy a una velada, aparte de sacar todo el trabajo, el objetivo es demostar a la gente que viene a verlo que mi boxeo puede ser el mejor o casi el mejor de la velada. Siempre voy a luchar para que se vea un boxeo técnico, exigente y bonito. Que la gente diga: “Se lo merece”. He ido a veladas en las que gente se me acercó y me dijo: “Tu combate fue el mejor de la noche”. Me gusta porque siempre se escucha lo de que no es igual de bonito, no boxean igual de bien… Lo he oído siempre y no me gusta. Persigo por hacer un boxeo en el que se vea que merecemos estar ahí y que se pague. Que nos puedan dar las mismas bolsas. A día de hoy tengo que nombrar a Amanda Serrano y Kaity Taylor, que están batiendo récords, pero son solo ellas. Ojalá siga creciendo y que las mujeres que estamos en el boxeo profesional podamos cobrar bolsas que nos permitan dedicarnos a esto.
¿Una entrenadora, como selecciona a su preparador?
Depende de lo que busques en ese momento. Obviamente quieres aprender y deseas encontrar a una persona que tenga experiencia, recursos y haya demostrado su trayectoria. Cuando ya tienes una experiencia quieres empatía y que sepa llevarte como persona. Esto es apretarte cuando hay que apretarte y escucharte cuando hay que escucharte. Es un poco lo que he buscado ultimamente. Sumo dos años y medio con el entrenador que llevo ahora (Javier Fernández, del Flow Combat) y supo sacarme mi mejor versión. A nivel técnico no cambié demasiado, pero sí que la mentalidad es la mejor a la hora de competir y es gracias a él.
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