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John Guidetti dejará un recuerdo imborrable en l afición céltica. En su etapa en Vigo fue un futbolista aclamado e ídolo de masas. Su canción, "The Guidetti Song", sonó cada vez que anotó un tanto y la cantaban todos los aficionados de Balaídos. Todos estos datos podrían corresponder a un emblema, a un jugador de época, a un santo y seña del club. Sin embargo, el sueco quedará como un delantero de nivel medio en la historia del Celta. Los números así lo dicen y también la cifra de su traspaso. Un atacante que es vendido a los 25 años por 4 millones de euros tras una cesión de seis meses con compra obligatoria. El Alavés tiene que hacerse con sus servicios al mantener la categoría. Era el pacto sellado con el Celta cuando el sueco salió de Vigo en el mercado invernal.
Los números indican que el internacional sueco no es una pérdida grande. Llegó al equipo en la campaña 2015/16 y anotó 12 goles en 24 partidos entre Liga y Copa. No entró en el equipo titular hasta diciembre, pero tuvo momentos buenos como el gol ante el Atlético de Madrid en cuartos de final de Copa del Rey. Aquel día dio espectáculo en el campo y después ante las cámaras de televisión española en la zona mixta, una de sus auténticas especialidades.
La siguiente campaña entró antes en el equipo y, en cifras globales, bajó su rendimiento con nueve tantos. Además, en esta ocasión, no metió el balón que le otorgaría todavía más gloria en Balaídos. Falló en semifinales de Europa League ante el Manchester United. Aquel balón en el descuento.
Esta campaña la comenzó en un buen momento de forma hasta que una caída y la lesión de clavícula lo apartó del equipo en el último amistoso de pretemporada. Apuntaba a titular, pero tuvo que jugar Maxi Gómez y pronto mostró que con cinco años menos tenía más gol y eficacia en el remate que el sueco. Suplente y salida en diciembre.
Pero, ¿por qué Guidetti goza del cariño de la afición? El primer motivo, es porque él se trabajó ese aspecto. Igual no es el mejor delantero del mundo, pero sí es un experto en marketing personal. Comenzó pintando el garaje de su casa alquilada de O Vao con los colores del Celta. Se metió en celebraciones con la afición en partidos fuera de casa. No escatimó en promover The Guidetti Song y también se esforzaba en hacer chistes ante las cámaras de televisión.
Todos son aspectos que juegan a favor del delantero, como firmar autógrafos, saludar a seguidores, despreciar un poco al eterno rival –Deportivo– y hasta tuitear alguna frase en gallego cuando casi no hablaba castellano. Detalles extradeportivos que ayudan para tener una buena imagen y que maneja a la perfección el delantero sueco. Una colección de gestos que, lejos de ser negativos, deberían observarlos otros futbolistas para ganarse una buena reputación y el cariño de los aficionados. Guidetti cae bien en la grada de Balaídos por algunos méritos futbolísticos, por su profunda labor de marketing personal y también por ciertos imponderables inexplicables. Entró con buen pie y lo supo mantener e impulsar.
En definitiva, el Celta pierde a un delantero correcto en lo futbolístico, pero de los que saben vender camisetas. Y, lejos de ser un defecto, es una virtud personal porque facilita una dinámica positiva alrededor de una figura. Guidetti, entre lo popular y lo pupilista.n
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