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Hoy se cumple un mes desde que el Guardés compitió por última vez. El equipo miñoto cerró entonces una sobresaliente primera parte de la competición, que zanjó en segunda posición con un fantástico balance de 7 victorias y 1 derrota. Y con un partido menos, el que recupera este sábado en la pista del Aula de Valladolid, una semana antes del reinicio oficial y con el Europeo todavía en curso. “Es raro pero ya sabíamos que iba a ser así”, asume Ana Seabra, la entrenadora, con naturalidad.
Así pues, el conjunto de O Baixo Miño reanuda la marcha tras este ya clásico parón de noviembre y diciembre de cada año. Cuando no es por un Europeo, es por un Mundial. “Es como volver a empezar”, reconoce la entrenadora portuguesa, que no pierde demasiado el tiempo en lo que no depende de ella. “Tuvimos unos días para descansar física y mentalmente y volvemos recuperadas para intentar trabajar a tope”, empieza. “Somos conscientes de que la Liga es larga. Sabemos que la primera parte fue bien pero hay que seguir”, añade.
Esa buena línea queda reflejada en los seis triunfos en los seis primeros encuentros, que colocaron líder al Guardés. Su única derrota fue por la mínima (26-27) y ante el vigente campeón Bera Bera. Tras ella, vino una gran reacción frente al Elche (23-20) para irse con una sonrisa al parón. Seabra quiere mantener ese rendimiento. “No soy vidente”, bromea. “Pero espero que el equipo continúe en esta línea porque está con buenas sensaciones y trabajando muy bien. Ojalá que el sábado podamos festejar los dos puntos”, apostilló.
Pero detrás de este éxito hay mucho trabajo. La portuguesa está volviendo a responder con resultados, tal como lo hizo cuando asumió el equipo tras los despidos de Abel González y Cristina Cabeza. “Un cuerpo técnico tiene muchas preocupaciones”, reconoce. “Al final es gestionar el grupo a nivel físico y mental para obtener la máxima rentabilidad”, explica la técnica de Águeda, que lo resume en tres palabras: “Es muy complejo”. A partir de ahí, centrada en el presente. “Queremos estar con el máximo de energía en cada partido”, concluye Seabra en este reinicio competitivo.
Durante buena parte del primer tramo del curso, Ana Seabra no pudo contar con María Sancha por una fisura en un dedo de la mano. Pero el problema serio vino más tarde. Elena Martínez se rompió el ligamento cruzado anterior y puso fin a su temporada. Esto ha abierto un boquete importante en la primera línea del Guardés, tanto en ataque como en defensa, ya que la valenciana, incorporada este verano, estaba ofreciendo muy buenas prestaciones.
Con esta problemática lastrando al equipo, el club está peinando el mercado en busca de una primera línea. “Esa es la idea”, reconoce Ana Seabra. “Tenemos una plantilla muy corta y necesitamos una persona que nos aporte y nos dé un poco más de oxígeno para poder estar dentro de pista y afrontar con garantías momentos de cambio de ritmo y sostenerlos durante más tiempo en los partidos”, explica. “En el balonmano moderno no puedes estar 60 minutos en la pista”, añade la portuguesa, que espera que alguna operación pueda cristalizar más pronto que tarde para cubrir el hueco que dejó Elena Martínez al menos, hasta final de curso. “Estamos mirando alguna opción y a ver qué pasa”, concluye.
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