Y Dani se quitó la espinita
Balonmano
Daniela Moreno pudo sacarse con el Porriño el mal sabor de boca que le dejó Turquía cuando perdió allí con el Guardés la final de la Copa Europea, en la que sigue con las louriñesas
Daniela Moreno formó parte hace un año y medio de una de las experiencias más traumáticas del Guardés en su historia reciente. Tras ganar por seis (23-17) el partido de ida de la final de la Copa Europea, el equipo miñoto viajó al sur de Turquía para disputar la vuelta frente al Antalya Konyaalti y el sueño se convirtió en pesadilla. En un ambiente muy hostil, en un recinto con casi 7.000 personas, el equipo miñoto se ahogó en la orilla (33-20) en unos días de infausto recuerdo. Y no solo por la derrota.
Año y medio después, la zurda madrileña volvió al país otomano -esta vez al norte- tras haber vuelto antes a Galicia. Como jugadora del Porriño, disfrutó en la pista del éxito de su equipo, que eliminó al Bursa en una ronda de dieciseisavos de final disputada íntegramente en suelo turco -el sábado ganó por ocho (34-26) y el domingo perdió por dos (26-24)-. Y aunque no compensa aquel enorme disgusto deportivo, sí que sirve para quitarse la espinita con Turquía. “Uy, sí. Sin duda”, confirma Dani, recién llegada a casa tras recorrer más de 8.000 kilómetros en seis días. “No tenía ni pizca de ganas de volver. Era el último sitio que quería que nos tocase”, reconoce Moreno.
El caso es que las diferencias fueron notables. “También porque esto era una ronda inicial y lo de Konyaalti fue una final”, apunta la madrileña, que valora muy positivamente la experiencia. “El Bursa se portó muy bien con nosotras”, sostiena Daniela. Radicalmente distinto a lo sucedido hace un año y medio con el Guardés. “Esta vez no hubo pérdidas de llaves ni problemas con los desplazamientos. Se nos respetó mucho y en ningún momento nadie se nos encaró con nadie. Entiendo que era una final y que había tensión, pero de ahí a que piten al recoger la medalla, cuando todo había terminado…”, expresa Moreno, en alusión a las dificultades extradeportivas que se encontró en la final de la Copa Europea de 2023. “En Bursa todo fue mucho más pacífico que en Konyaalti”, resume.
Tanto fue así, que la entidad turca invitó al Porriño a cenar tras la eliminatoria. Una especie de tercer tiempo, con las jugadoras de ambos equipos mezcladas, comunicándose de aquella manera. “Por señas y con un inglés básico. Todo era ‘good, good’ o ‘bad, bad", bromea la jugadora madrileña, que confiesa que era la primera vez que le pasaba esto con un club. “Fue muy agradable y sin ninguna tensión por el resultado. Muy bien”, enfatiza.
Un final de fiesta perfecto para un equipo que sigue adelante en su primera experiencia continental. “Es algo ilusionante y muy bonito para este pueblo tan agradecido con el balonmano”, subraya Moreno, de vuelta a Galicia tras un año en Gran Canaria al salir de A Guarda. “Me han acogido muy bien. El vestuario está muy unido y con Isma (Martínez) aprendo un montón. Es un club muy familiar”, expresa la madrileña sobre su nuevo hogar, a poco más de media hora del viejo. Allí rozó el cielo europeo con una final que anhela volver a alcanzar. “Me encantaría. Es el sueño a cumplir”, concluye Dani, que por fin pudo quitarse la espinita turca con una bonita experiencia otomana.
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