Buba, el espíritu belga

CICLOCROSS

El ciclista del Coruxo, doble campeón de España, admite que “lo que me gusta es el ciclocross"

Publicado: 11 ene 2022 - 23:19 Actualizado: 12 ene 2022 - 12:41

Ricardo Buba acudió a Atlántico con las medallas obtenidas en el Campeonato de España de ciclocross.
Ricardo Buba acudió a Atlántico con las medallas obtenidas en el Campeonato de España de ciclocross.

Ricardo Martín Buba supera el 1,80 de altura a los 17 años. Su figura es espigada, pero sobresale en el mundo del ciclista por la anchura. Tiene planta de rodador, de hombre de clásicas y, por supuesto, de ciclocross. Y, precisamente, la modalidad de invierno es su pasión. “A mí lo que me gusta es el ciclocross”, reconoce sin dudar en su visita a Atlántico tras conseguir dos victorias en el Campeonato de España de la modalidad disputado en Xátiva. “Me encanta el ambiente, el griterío de los circuitos, escuchar a la afición y terminar la carrera y que me duela la cabeza”, relata.

En tierras valencianas se impuso con Galicia en la prueba por relevos y también en la categoría júnior. Un triunfo que “aunque no era el favorito, sabía que tenía opciones de estar en el podio o de ganar en un día bueno. Y, al levantarme, ya me di cuenta que tenía ese día bueno”. Y se lanzó a por la victoria en la segunda vuelta cuando “el rival que venía detrás cometió un error. Gané diez segundos y ya no paré. Fui administrando esa ventaja”. Raúl Mira lo alcanzó en la última vuelta, pero el gondomareño guardó un último cambio de ritmo definitivo. “El circuito era muy rápido y no esperaba una carrera así, pensé que sería más igualada, pero salió diferente”, concluye Martín Buba.

Y, en la llegada, esperaba la familia con el padre, Martin, y también la madre, Jana. “Cuando estás a punto de llegar a meta recuerdas todo el trabajo que hay detrás y te das cuenta que vale la pena todo ese tiempo entrenando. Es algo que no se puede describir con palabras. No aguanté las lágrimas al terminar, solté toda la emoción que tenía dentro. Estaban allí mis padres y la gente de la selección de Galicia para recibirnos”, describe el gondomareño.

Un triunfo individual en la categoría júnior, el primero tras el conquistado el viernes por equipos. Dos oros para un corredor de perfil europeo, casi heredado de su genética. Hijo de madre eslovaca y padre checo, que cruzaron sus caminos en el Levante español, pero que se asentaron en el Val Miñor. Ayer llegó Ricardo Buba al año y medio de edad y, creció. Desde hace seis años con la bicicleta que “antes lo tomaba como un hobby, pero ahora más en serio”. Y tan en serio que compagina el maillot del Coruxo en el ciclocross con el del Vigo Rías Baixas en bicicleta de carretera.

Este fin de semana tiene previsto acudir a una cita de la Copa del Mundo en territorio francés y al Mundial al final de enero, si la selección española lo convoca. “Es en Estados Unidos y es difícil. Pusieron unos requisitos muy duros porque el desplazamiento es largo y costoso”. Después, llegará la temporada sobre el asfalto. “Lo tomaré como preparación para el ciclocross, que es el sitio en el que estoy teniendo más resultados. Aunque también intentaré llevarlos a la carretera, a ver si puedo tener éxito”, reflexiona. No obstante, pronto saca el espíritu de rodador y de hombre del barro. Lejos del típico ciclista español que escala montañas. “Me fijo en Van Aert. Me gusta, ahora están saliendo corredores del ciclocross que también van bien en carretera. En todos los terrenos, pero cada uno a su nivel”, relata.

De hecho, Ricardo Buba matiza que “soy un corredor grande, de forma que lo que me va bien a mí es el plano y también los repechos cortos y explosivos. Son los que paso con facilidad. En España hay pocos corredores así”. Y menciona a Juan Antonio Flecha, ya retirado, y al cántabro del Movistar Iván García Cortina. Y es que el gondomareño continúa con su espíritu europeo de la bicicleta. “Me gustan las clásicas, nunca sabes lo que puede pasar”, resume. Y, de hecho, en el futuro “me gustaría correrlas, pero eso es muy complicado. Hay que trabajar mucho”, admite Buba.

Mientras, el particular espíritu belga del Val Miñor asciende en su carrera entre los estudios y los entrenamientos compartidos con su padre Martin. “Le pega bien, le pega bien. Lo que pasa es que tiene poco tiempo para entrenar. Pero, en pretemporada, aún vamos juntos y me tengo que calentar para dejarlo. No nos gusta perder ni a las canicas”, admite el joven con una sonrisa bajo la mirada del mayor. La familia ciclista la completa el joven Danny, con un año menos que su hermano y que también es habitual de los puestos cabeceros de las carreras de ciclocross y las variantes de bicicleta de montaña.

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