El monasterio de San Pelayo, a la venta por 200.000 euros
Situado a unos 60 kilómetros de Vigo, en Albeos, en Crecente, el edificio románico se encuentra en ruinas y sus propietarios lo han colocado en un portal inmobiliario
El Monasterio de Albeos, a 60 kilómetros de Vigo, en Crecente, está en venta: el precio, 200.000 euros, aunque los interesados tendrían muy escasas posibilidades al tratarse de un edificio, en ruinas, pero protegido y sin apenas opciones urbanísticas. Sus dueños lo acaban de colgar en el portal especializado Idealista, donde se describe como una de las “joyas inmobiliarias que clama por una supervivencia digna, no meramente como una ruina ilustre, sino como un edificio vivo y útil, actualizado para los tiempos”.
El monasterio está ligado a uno de los santos más populares de Galicia: San Pelayo, o San Paio, nacido en esta aldea de Albeos sobre el año 912 y martirizado en Córdoba, tras haber sido apresado antes en León, cuando tenía 14 años. Su tío era el obispo de Tui y en los terrenos que por herencia le correspondían a San Paio hizo levantar este convento, ocupado por monjas benedictinas.
El poder de esta casa, que se extendía a tierras de Portugal, hizo que fuese codiciado por el mismo Pedro Madruga, quien se enfrentó a la abadesa y elevó sus quejas a los Reyes Católicos. Pero poco o nada queda de aquel esplendor. El declive comenzó en el siglo XVI, cuando se ordenó a las monjas recluirse en el monasterio de San Paio de Antealtares, en Santiago. Después llegarían las desamortizaciones, en 1835, y la dejadez, hasta llegar a la ruina que es hoy. La asociación O Sorriso de Daniel ha realizado varias acciones tratando de que este monasterio vuelva a florecer, coincidiendo con la celebración de los 1.100 años del martirio de San Paio, que se conmemoran en 2025.
En 1071, la reina Doña Urraca lo concedió a la Catedral de Tui, con datos que sugieren que data de finales del siglo X. Aparece nuevamente en 1199, en el testamento de Urraca Fernández, y en 1499 cuando la vida monástica en Albeos cesó como resultado de la reforma de los monasterios benedictinos.
Del edificio original, queda un edificio rectangular, al que se adjuntan dos simples habitaciones adyacentes. El dintel de la puerta es una losa sepulcral con la representación de una figura femenina. La otra tiene un arco semicircular compuesto por dovelas lisas y biseladas, giradas directamente sobre las jambas. El tímpano de este arco está formado por una impresionante pieza monolítica tallada en ambos lados, uno de ellos con una cruz con pie sobre la cual se superpone un círculo y otra cruz compuesta por combinaciones de semicírculos.
El otro frente está presidido por un Pantocrátor con un libro en su mano izquierda y bendice con la derecha. Un ángel y un querubín, de pie, apoyados en el dintel y con sus alas ejemplarmente adaptadas al espacio, sostienen la mandorla. Esta pieza por sí sola justifica la inclusión de Albeos entre los restos más notables de la arquitectura románica española.
El papel de la Xunta, clave en recuperar la pieza
La habitación más grande, ahora sin techo, está formada por gruesos muros de sillería de granito. Los sillares, en su mayoría bien escuadrados y perfectamente asentados, son de varios tamaños. Cabe destacar aquellas piezas de mucha mayor longitud que anchura, infrecuentes en el período románico, y anteriores al siglo XII. Esta sala también tiene dovelas de arco semicircular, con decoración simple. Muy notables son las marcas de cantero y los motivos decorativos en algunos sillares, así como los rastros existentes en sus muros que indican que tenía dos pisos, por lo que según los expertos fue una vivienda.
El portal Idealista señala que “estamos hablando de una propiedad totalmente única, con valores históricos y artísticos extraordinarios”. “El desafío es encontrar un posible destino útil. La Xunta debe ver con buenos ojos la puesta en valor de un hito cultural como este, especialmente si combina el atractivo y la promoción de productos locales”.
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