Vicente Guaita, un portero muy libre

Vicente Guaita tiene 37 años y acumula 16 en el fútbol profesional. Es el portero titular del Celta tras su llegada a Vigo hace dos veranos desde el Crystal Palace, conjunto en el que pasó cinco temporadas y en el que aterrizó después de cuatro en el Getafe, rival celeste mañana. Y, con anterioridad, se formó en la cantera del Valencia hasta llegar al primer equipo che, en el que estuvo cuatro campañas. Una carrera larga con prolongadas estancias en cada club y con un factor diferencial: nunca se ha pagado por el veterano meta un traspaso.

No es una característica sencilla de tener. De hecho, en la actual plantilla celeste -obviando los recién llegados a la élite- sólo la posee, junto al meta valencia, el francés Jonathan Bamba, aunque éste todavía tiene 28 años y sólo ha tenido dos cambios de club por el momento. Guaita o ha apurado sus contratos o, como sucedió en su llegada al Celta, rescindió el precedente antes de firmar el nuevo.

Del Valencia se marchó porque Diego Alves frenaba su titularidad. Y se fue libre al Getafe. En el conjunto madrileño se confirmó como portero de primer nivel y en enero de 2018 sí estuvo a punto de salir dentro de un traspaso. Tanto es así que se llegó a dar por hecho su marcha en ese mercado invernal al Crystal Palace a cambio de los 8 millones de su cláusula de rescisión. Incluso, dejó de jugar un par de partidos de Liga en ese primer mes del año por una supuesta molestia en una de sus manos. Finalmente, José Bordalás, por entonces técnico getafense como ahora, convenció al presidente, Ángel Torres, de que no se hiciese la operación y el meta valenciano tuvo que esperar hasta el final de su contrato, al mes de junio siguiente, para marcharse a la Premier League. Eso sí, sin traspaso alguno.

Ese movimiento cogió al actual portero celeste ya con 30 años. Pero su longevidad deportiva le ha permitido regresar a la Liga y jugar con 37. A todo esto, termina contrato el próximo mes de junio. Pero está acostumbrado a tales situaciones. Su futuro, por el momento, es una incógnita. Él, como siempre, se siente libre.