Un portero para el filial del Celta

El Celta comenzó la pretemporada el pasado viernes con una imagen que contrastaba con la superpoblación de su vestuario: sólo dos porteros. Vicente Guaita e Iván Villar trabajaron ese par de días sin compañía pero es probable que no pase mucho tiempo para que el grupo cuente con ese tercer guardameta habitual, tras haber llegado a un acuerdo con el Andorra para el fichaje del portero valenciano Marc Vidal para que sea el titular del filial en Primera Federación y esté en la órbita de Claudio Giráldez en la primera plantilla. Aunque su edad, 24 años, impediría compaginar ambos equipos a un jugador de campo, esta norma cambia para los porteros, cuya edad límite son los 25. Eso sí, solo para la Liga. En Copa del Rey, la regla es igual para todos los futbolistas indistintamente de su posición, por lo que para poder jugar, al nuevo guardameta céltico tendrían que hacerle ficha del primer equipo.

Vidal llega, por lo tanto, básicamente para reforzar al filial, que había perdido a su portero titular la pasada campaña, Raúl García ‘Ruly’, y que ya el pasado curso generó dudas en esa demarcación pese a la presencia de Coke Carrillo y César Fernández. Obviamente, el nuevo céltico deseará llamar a la puerta del primer equipo, pero tampoco es un neófito en tales situaciones, pues ha pasado ya por las canteras del Villarreal -en la que se formó hasta 2021-, del Betis -en la que estuvo en la campaña 21-22 antes de ser fichado por el Andorra- y del Barcelona -jugando en el filial el curso pasado y enfrentándose al Celta B-. En ese devenir, disputó seis partidos en Segunda -y dos de Copa del Rey- con el conjunto andorrano -curso 22/23- y 44 entre Segunda B y Primera Federación en Villarreal B (8), Betis Deportivo (15) y Barcelona Atletic (21).

En la campaña más reciente, se enfrentó dos veces con el Celta B, tanto en el empate (1-1) en Barcelona como en la derrota celeste en Balaídos de la última jornada (1-2), con una destacada actuación en esta última. Después, jugó los cuatro partidos de la fase de ascenso a Segunda con el filial blaugrana, eliminando primero al Ibiza y cayendo después en la ronda decisiva ante el Córdoba.