Dos Panzer en el doble pivote

Los de Sebastian Hoeness no fallan en su estadio y su doble pivote (Chema Andrés-Angelo Stiller) demolió a Fran Beltrán e Ilaix Moriba

El fantástico centrocampista Angelo Stiller gobernó el partido desde el centro del campo con su calidad.
El fantástico centrocampista Angelo Stiller gobernó el partido desde el centro del campo con su calidad.

Si quieren nos engañamos con el marcador apretado, con los minutos finales de entrada de El Panda y con el susto que se le quedó a la afición teutona tras su gol y que minutos después arrancó un unánime murmullo de pánico con otro balón que pudo perder el “16” local. Pero la realidad es que el Stuttgart jugó a lo que sabe, sin salirse un ápice de su guion. Los de Sebastian Hoeness no fallan en su estadio y su doble pivote (Chema Andrés-Angelo Stiller) demolió a Fran Beltrán e Ilaix Moriba. Mandó, tuvo la posesión y dio salida a sus carriles, con Lorenz Assignon saltando desde el lateral derecho al ataque con más fuerza que ante el St. Pauli el viernes y con Leweling entrando por el extremo izquierdo con facilidad. La pareja Stiller-Andrés promete más jornadas de asociación. Se comportaron como dos Panzer. Arrasaron y desarbolaron.

No marcó Demirovic, que en esta oportunidad apenas fue decisivo, pero al once suabo le bastó lo colectivo: su presión, su juego y su paciencia. Y claro, el 1-0 de partido de cadetes (enmascárenlo como quieran, es de 1º de Novatos), con asistencia del portero Alexander Nübel de una portería a otra con un bote y la rapidez y habilidad del argelino Bouanani para abrir el marcador. Una broma de gol en estos niveles de fútbol profesional.

Porque el Stuttgart fue el mismo equipo que se lleva viendo desde agosto. Como avanzaba la prensa local, Karazor perdía su sitio por el empuje de Andrés. La derrota en Friburgo (3-1) lo sentenció.

Hoeness, que apostó por no utilizar a Chabot en el centro de la zaga -titular en la Supercopa y en tres de los cuatro partidos de Liga-, metió a su recambio natural, Ramon Hendricks, y recuperó a Jaquez, baja en las últimas jornadas por fractura de nariz, tras la inesperada lesión del joven Jeltsch.

Con 2-0 desde una posición similar al segundo tanto frente al equipo hamburgués, obra del mismo jugador (El Khannous), el choque se enfrió. Lo mismo que en los anteriores partidos en los que el Stuttgart marcó primero.

Solo tres pinceladas extrañas. Nübel, muy seguro en los últimos partidos, cometió dos torpezas impropias: un mal pase largo que casi convierte Aspas y otro a su central derecho, que supuso un saque de esquina para el Celta en los minutos 3 y 4. Fue la única concesión alemana. En el 74, no atrapó el balón ante la presión de Borja Iglesias, que se lo llevó limpiamente pese a que el árbitro escocés, de forma equivocada, concedió falta para el Stuttgart.

Eso y el error grosero de Karazor ante Moriba para que el “7” céltico no perdonara. La entrada de Josha Vagnoman, habitual lateral derecho como extremo izquierdo para sentar a Leweling -otro que lo juega todo- fueron las únicas novedades del equipo alemán en la recta final. La Liga Europa es así. A veces parece la Bundesliga y te funden.

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