Celta - Real Oviedo
Giráldez admite “corregir” la plantilla en enero
El Celta salió ayer con un sistema 5-4-1 de inicio, que pasó a un 4-3-3 en los minutos finales, y dispuso de ocasiones a la contra, pero no pudo superar a un Girona que demostró en Balaídos por qué es el líder y dio toda una lección de dominio de la pelota y juego a la vez vistoso y efectivo. Benítez alineó por primera vez a sus tres delanteros juntos: Aspas, Douvikas y Larsen.
Celta y Girona mostraron desde el comienzo del partido los estilos opuestos que manejan esta temporada. Rafa Benítez introdujo sólo dos cambios respecto al choque liguero anterior, contra la Real Sociedad -Douvikas y Starfelt entraron en el once en lugar de Miguel Rodríguez y Carlos Dotor-, pero el técnico madrileño optó por un sistema muy diferente. Del 4-4-2 pasó a un 5-4-1 más defensivo para enviar un claro mensaje: el balón iba a ser del Girona y el equipo celeste iba a esperar a la espera de un error del rival para lanzarse al contraataque.
Benítez repitió cada vez que fue preguntado al respecto que no era posible juntar en un partido a Iago Aspas, Larsen y Douvikas, los atacantes con mayor talento del Celta, porque el equipo perdería el equilibrio. Sin embargo, ayer se contradijo a sí mismo y alineó de inicio al moañés con el noruego y el griego, aunque con matices. Porque, dentro del 5-4-1, el preparador madrileño dispuso a Douvikas por la derecha y a Larsen por la izquierda, con Tapia y Luca de la Torre en el doble pivote, mientras que Aspas ejerció de delantero puro.
En la primera parte se cumplió el guion escrito por los dos equipos, El Girona se adueñó de la pelota y marcó un gol marca de la casa: superó la presión alta celeste sacando el balón desde atrás por la banda derecha y Portu abrió el marcador tras recibir un pase de Miguel, superar a Starfelt con un amago y batir a Guaita con un remate raso y cruzado. Por su parte, el Celta dispuso de ocasiones a la contra o en recuperaciones cerca del área, pero ni Mingueza, ni Larsen ni Douvikas fueron capaces de doblegar a Gazzaniga.
El Celta buscó adelantar las líneas en la segunda parte, más por empuje que por juego, pero se vio superado en el centro del campo. En el tramo final, Benítez intentó jugar en campo rival retirando a un central, Starfelt, para introducir a otro atacante, Miguel Rodríguez, y el equipo vigués pasó a jugar con un 4-3-3. Además, un Tapia muy tocado dejó su sitio a Dotor
Con el sistema más ofensivo, el Celta tuvo unos minutos de dominio del balón, pero apenas consiguió generar peligro ante la portería de Gazzaniga, que fue casi un espectador más durante la mayor parte del encuentro.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Celta - Real Oviedo
Giráldez admite “corregir” la plantilla en enero
Fútbol | Primera Federación
Duelo de juventud al alza en Balaídos
Real Oviedo - Celta
Un millar de celtistas
Real Oviedo - Celta
Claudio Giráldez: “El vestuario es un tanatorio cuando perdemos”
Lo último