Un millar de celtistas

En mayor o menor medida, el Celta ha contado con el apoyo de su afición en todos los partidos disputados esta temporada fuera de casa. De manera especial, en los tres de Liga Europa. Pero también en los de competición doméstica. Y, entre estos últimos, el de hoy en Oviedo apunta a ser de los más importantes del curso, sino el que más. La cercanía geográfica y la novedad de regresar a la capital asturiana han ejercido un efecto llamada y las entradas cedidas desde el club carbayón se han quedado cortas. Las previsiones hablan de unos 1.000 celtistas presentes hoy en el Carlos Tartiere. Y no serán más por esa complicación habida para encontrar sitio en el recinto ovetense. La peregrinación desde Vigo y otros puntos de Galicia comenzó ya ayer y siguió durante toda la madrugada y la mañana. Habrá quien regrese ya esta tarde y otros aprovecharán el fin de semana por tierras asturianas.

A ese esperado desembarco celeste hoy en Oviedo se refirió ayer el técnico céltico, Claudio Giráldez. “El año pasado, tuvimos el precedente con el Valladolid, que era el partido que más cerca teníamos, y se vivió un ambientazo por parte de nuestra afición y le dimos la alegría de poder ganarlo. Yo firmo que pase lo mismo, que se viva ese mismo ambiente y que seamos capaces de ganarlo 0-1 como el año pasado”, deseó el máximo responsable del banquillo celeste.

La salida a Oviedo cuenta con el cariz navideño y con ser la última del año. Por eso, Giráldez habló de la posibilidad de “cerrar este año tan bonito con una sensación buena y no con la que nos quedamos en Albacete. Ojalá recompensemos el apoyo que nos ha dado la afición en esta andadura y el esfuerzo que hace en acompañarnos a los partidos fuera de casa”.

El encuentro ha sido declarado de alto riesgo. Por el ambiente en Oviedo y por la mala relación de parte de su afición con parte de la celeste.