A Mbappé se le seca en equipo

El Celta contuvo al delantero francés del Real Madrid con un fantástico trabajo defensivo coral

Pablo Durán y Miguel Román le cierran el paso al francés, con Starfelt a la expectativa, en un tipo de acción muy repetido ayer.
Pablo Durán y Miguel Román le cierran el paso al francés, con Starfelt a la expectativa, en un tipo de acción muy repetido ayer. | EP

Partiendo de la base que a un futbolista de primer orden mundial como Kylian Mbappé no se le puede parar si tiene el día, el Celta sí encontró ayer la manera de limitarlo a la mínima expresión. Una carrera a la espalda con una vaselina arriba fue el escaso -escasísimo- balance del fuera de serie parisino ayer en el Bernabéu, además de una falta directa bien sufragada por Radu -aunque esa acción no se puede defender-. El trabajo coral céltico maniató a uno de los mejores del mundo. Siempre con dos o tres jugadores encima, atándolo bien en corto, no dejándolo respirar ni cuando caía al centro del campo. Una labor sobresaliente de un equipo al que siempre se le acusa de debilidad atrás y una de las claves en la sensacional victoria de ayer.

Bastaron unos pocos minutos para comprobar que los futbolistas celestes -de azul marino ayer- estaban aleccionados de lo que hizo el delantero francés en Bilbao. Es muy usual el galo se salga de la posición de delantero centro para quitar la referencia a los centrales. Hasta el punto de ubicarse por detrás de la segunda línea del adversario. Para casi cualquiera, esas zonas son casi inofensivas. Pero no para él. En San Mamés cargó la escopeta y sorprendió a Unai Simón desde lejos por el primer palo. Ayer no tuvo esa opción porque siempre había uno, dos o hasta tres futbolistas encima de él, independientemente del lugar por el que transitase.

Un jugador de primer nivel mundial obliga a eso. Como se mueve por todo el ancho del ataque y en distintas alturas, a veces puede resultar indetectable. Por eso, el radar defensivo del Celta funcionó a toda máquina. Y siempre en equipo. Muy pocas veces se quedó Mbappé uno contra uno. En la primera se fue de Ilaix. En la segunda, Sergio Carreira aguantó y envió a córner. El resto del tiempo, ayudas, ayudas y más ayudas. Todos los defensas y los centrocampistas estuvieron pendientes de incomodar al galo. Especialmente brillantes se mostraron Javi Rodríguez y el propio Carreira.

Había que ver en la segunda parte si los célticos lograban mantener esa agresividad. Y vaya si lo hicieron. El desgaste físico no se notó y los marcajes múltiples continuaron sobre Mbappé. Tanto minimizó el Celta al francés que ya no es que se quedase sin marcar, algo casi inaudito este curso, sino que apenas generó ocasiones de gol. Solo una carrera a la profundidad, con un gran envío de Tchouameni, superó a la defensa visitante. El francés la bajó de cine, pero su vaselina se fue un poco alta. Siempre hace falta una pizca de suerte para salir airosos de estos estadios, ante estos equipos y frente a estos futbolistas. Su otro disparo, una falta directa bien parada por Radu. Pero ahí no se puede achacar nada porque es indefendible. El resto de tiempo, a Mbappé se le secó en equipo.

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