Celta - Real Oviedo
Giráldez admite “corregir” la plantilla en enero
Kevin Vázquez cumple su sexta temporada en el primer equipo del Celta -antes, se pasó cinco en el filial-. Es capitán -lo fue también del filial-. Ha tenido a siete entrenadores desde su llegada a Primera -ocho lo dirigieron en el B-. Ninguno de ellos ha tenido nunca una mala palabra o siquiera una duda sobre su profesionalidad y sobre su valía para el grupo. Cierto que en la máxima categoría no ha logrado el rol de titular, pero precisamente por eso se demuestra su capacidad de trabajo en el día a día para convencer a tan variopintos técnicos de que el equipo necesitaba de él.
Obligado siempre a estar preparado cuando se le necesitase, ya llevase semanas o meses sin competir, el pasado domingo recibió la alegría de los primeros minutos de la temporada envueltos en el regalo de la primera titularidad. En su giro táctico, Benítez no dudó en tirar del lateral de Nigrán para soltar a Óscar Mingueza. Pero todo se vino abajo cuando Iván Villar vio la cartulina roja.
Kevin fue sustituido para dejar su sitio a Vicente Guaita en el minuto 28. Para cualquier futbolista, motivo de disgusto; para él, todavía más. Por la habitual carestía de oportunidades que se le brindan y porque sus tres últimas titularidades han tenido un final similar. Le pasó la campaña pasada en la visita al Getafe de la jornada 33. Por entonces, Carlos Carvalhal, apostó de salida por el nigranés teniendo en el campo también a Hugo Mallo. Pero un tanto en el primer minuto de los madrileños lo llevó a variar la apuesta táctica antes de la media hora y sacrificó a Kevin a los 26 minutos para dar entrada a Carles Pérez. Un par de jornadas más tarde, Carvalhal volvió a recurrir a Kevin en el once. Esta vez con línea de cuatro y con Mallo en el banquillo. Pero en el descanso, con un 1-0 en contra, el luso sentó al de Nigrán para sacar a Óscar Mingueza. Táctica.
Aquellas citas fueron el pasado mes de mayo. El sábado, medio año después, y en la décima jornada, Kevin volvía al once. Una sensación que no tenía en Balaídos, delante de su gente, desde el 3-0 al Rayo Vallecano el pasado 11 de marzo, su única titularidad en casa de toda la pasada temporada. Y la historia se repitió. Sin haber fallado, fue el sacrificado.
Acostumbrado a los golpes, el capitán hará de nuevo de tripas corazón. Con la esperanza de que Benítez repita su idea en Girona.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Celta - Real Oviedo
Giráldez admite “corregir” la plantilla en enero
Fútbol | Primera Federación
Duelo de juventud al alza en Balaídos
Real Oviedo - Celta
Un millar de celtistas
Real Oviedo - Celta
Claudio Giráldez: “El vestuario es un tanatorio cuando perdemos”
Lo último