Kevin Vázquez entró con pleno derecho en el vestuario del primer equipo del Celta allá por el verano de 2018. Y de las dos decenas de futbolistas que se encontró, sólo han aguantado con él Iago Aspas, Fran Beltrán y Hugo Mallo. Claro que ninguno de ellos tres había estado las siete campañas precedentes en el filial. Ayer, el canterano de Nigrán acordó la renovación del contrato que terminaba mañana por dos temporadas más. Es decir, que repetirá con la primera plantilla, y en la máxima categoría, el mismo número de cursos que estuvo en la segunda. Un caso único.
El próximo ejercicio tiene, además, una diferencia sensible respecto a los cinco precedentes: no estará en la plantilla Hugo Mallo. El marinense ha cerrado, en la gran mayoría de las ocasiones, el camino hacia la titularidad en el lateral derecho a Kevin los cinco últimos años, aunque el nigranés ha mostrado una más que encomiable capacidad para estar preparado física y psicológicamente cada vez que se le ha requerido.
La competencia que vaya a tener por intentar convencer a Rafa Benítez dependerá de si para el técnico madrileño y para el director deportivo, Luís Campos, Óscar Mingueza es central o lateral derecho. Carlos Carvalhal, anterior entrenador celeste, dejó claro que para él el exblaugrana debe jugar en banda. Si su sucesor está de acuerdo, el puesto estaría cubierto, a la espera incluso de lo que suceda con el canterano Sergio Carreira, que retorna tras dos años de cesión en Segunda División con buenos números.
La renovación de Kevin, en un mundo tan complicado y de tantos intereses como el del fútbol, es asumida como una buena noticia. En lo puramente futbolístico, por su rendimiento; en la convivencia, por su capacidad de hacer grupo y de ejercer de capitán; y en lo social, por ser un referente de canterano con larga carrera en el filial y continuidad en el primer equipo.
