Este equipo no se para
Análisis del partido entre el Celta y el Athletic Club en Balaídos
Tiene una enorme virtud este Celta: no deja prender las dudas. Con más o menos méritos, reaparece. Compite, dicen. Explotando recursos y arriesgando. No hay otro camino. O sí. Y tocará explotarlo la próxima vez. Llegó la primera en casa, ya no hay deudas. El final de año será ilusionante, si el Albacete no objeta nada.
El punto de rotura
Parte del juego táctico futbolístico es enseñar y ocultar el punto de rotura propio. Retando al rival a encontrarlo para, cuando se decida, castigar el suyo. Celta y Athletic se estudiaron y, sobre todo, se tentaron, Con más riesgo en el lado celeste, con más solidez por parte bilbaina según fueron pasando los minutos. Siempre había sensación de que un pase lo podía romper todo en la mitad de campo visitante, con la línea defensiva avanzada. Siempre había la sensación de que una concatenación de pases por dentro iba a generar una llegada por banda matadotra. Pero costó .
El cuerpo a cuerpo
Es escasamente poético pero terriblemente decisivo. Más allá de defender uno contra uno o no, la fricción es una parte fundamental del juego. Una suerte que hay que dominar desde lo físico y desde lo mental. El Athletic lo asume como una baza propia y todos sus jugadores la asumen. El Celta, en ocasiones, lo asume como debilidad. Y puede serlo en lo físico, pero nunca en lo mental. Los balones divididos, ese ente, eran vascos.
El juego táctico
Nadie le discute a Claudio Giráldez y a su cuerpo técnico una habilidad táctica enorme. Se les aplaude. Más allá del giro muy suyo de recuperar a un futbolista desde la titularidad -Hugo Sotelo-, varió la colocación de Iago Aspas en el dibujo como centro delantero para tapar las bandas del Athletic y liberar al moañés, que finalmente ejerció su habitual papel de enganche. A los vascos les llevó un rato descifrarlo. La lástima es que se perdieron las bandas en lo ofensivo. Apenas una carrera clara por la derecha de Javi Rueda, empeñado en hacer controles orientados hacia atrás, en salida, al igual que Óscar Mingueza por la izquierda. Valverde, más canónico, ocupaba todos los espacios. Giráldez eligió, vio… y cambió en el descanso. Otra capacidad del porriñés. La abandonada izquierda generó el primer gol.
Piernas
El Celta está haciendo más daño corriendo que desde la posesión. Es un hecho. No una renuncia, sino una virtud adaptativa, especialmente en el partido de ayer. Los jugadores diferenciales en el marcador fueron Swedberg, Rueda y Jones. Aunque nada sería sin la asunción de riesgos de los de atrás y, obviamente, sin Radu. El rumano siempre está. Ayer, sobre todo, con su segundo penalti detenido de la temporada. Y era un momento clave porque el Athletic, que no había sido peor, se metía en el partido.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Lo último