Entradas agotadas en Balaídos y un recibimiento por Olímpicos

Balaídos quiere ser un factor determinante hoy en el decisivo duelo entre el Celta y el Athletic. Pese al día, un miércoles laborable, la hora, las diez de la noche, la adversa meteorología, aunque parece avistarse un claro sin lluvia en la tarde noche, y la ausencia de la afición bilbaina, que mantiene una gran relación con la céltica. Obstáculos que peñistas y resto de aficionados celestes quieren empezar a superar desde dos horas antes del encuentro, con el recibimiento al equipo fijado para las 20:15 horas. Cuestiones de seguridad impedirán que dicho primer encuentro entre seguidores y jugadores se produzca por la calle Fragoso, con lo que será por Olímpicos, limitándose en gran medida la capacidad de acercarse al autobús que traslada a los futbolistas desde el hotel de concentración al estadio.

Ya dentro, el club intentaba ayer que los abonados que no vayan a poder asistir liberasen sus asientos. Porque de buena mañana dio cuenta de que las entradas para el público general se habían agotado, lo que significa un primer paso para una buena entrada pero en absoluto definitivo. Al final, de la respuesta de los socios y del funcionamiento de esa cesión de entradas dependerá el aspecto que muestre el estadio.

La tendencia es positiva esta temporada, con muchas entradas por encima de las 20.000 personas, pero en fin de semana. Entre semana será complicado alcanzar tal cifra. Los precios de las entradas han ayudado en el público en general, que ha respondido al momento acuciante de su equipo y a la visita del flamente campeón de Copa del Rey, pese a que las bajas de última hora privarán de ver en directo a uno de los grandes protagonistas de esta Liga, el extremo Nico Williams.

Los horarios de la antepenúltima jornada de Liga han querido que el recibimiento al Celta se produzca coincidiendo con el descanso del partido del gran rival celeste, el Cádiz, en el Pizjuán ante el Sevilla. Y cuando empiece el choque, ya se sabrá si una victoria o un empate puede dar la permanencia matemática, lo que podría dar lugar a una celebración final por todo lo alto.