Un doloroso adiós menor
El Celta no caía en Copa ante un rival de menor categoría desde hace cuatro temporadas
El Celta quedó ayer eliminado de la Copa del Rey, torneo del que ha disputado y perdido tres finales a lo largo de su historia. Lo hizo en tercera ronda -dieciseisavos- y ante un rival de inferior categoría, el Albacete de Segunda División, extremo este último que no sucedía desde que en enero de 2022 cayó ante el Atlético Baleares de Primera Federación en esta misma ronda por un doloroso 2-1. A nivel de calendario, la eliminación libera en parte el próximo mes de enero, que volverá a estar cargado de citas y contaba con una eliminatoria copera. Pero el golpe es haberse quedado sin la opción más factible, sobre el papel, de pelear un título. El sueño se esfumó pronto.
Desde caer con el Atlético Baleares en 2022, las tres últimas eliminaciones habían sido ante rivales también de Primera División: el Espanyol en la 22/23 también en dieciseisavos; la Real Sociedad en cuartos de final de la 23/24; y el Real Madrid el pasado curso en octavos.
La tanda de penaltis final de ayer en el Carlos Belmonte ya parecía tentar demasiado a la suerte, tras haber pasado de tal guisa la ronda previa contra el Sant Andreu. Y fue realmente así, porque Iván Villar volvió a no poder parar ningún lanzamiento pero, esta vez, los lanzadores fueron erráticos del todo, fallando de manera consecutiva Óscar Mingueza, Hugo Álvarez y Iago Aspas. El error de este último, que fue titular y disputó todos y cada uno de los minutos del duelo, mostrándose como el atacante más incisivo, duele especialmente. Y hacer aumentar el deseo de que lo vivido ayer no haya sido su adiós a la Copa del Rey y que el capitán decida seguir jugando una temporada más.
Décimo cuarta tanda
La de anoche fue la décimo cuarta tanda de tiros de once metros del Celta en su historia. Si el balance era de 7-6 a favor en cuanto a la resolución, ahora vuelve a igualarse.
Yoel se estrenó de goleador y Borja marcó pero se retiró lesionado
Hasta que Vallejo marcó en el descuento, el Celta podía festejar los dos tantos que sirvieron para remontar y para poner la clasificación en la mano. El del empate fue obra del canterano Yoel Lago, que se estrenó como goleador no ya con el primer equipo celeste, sino en cualquiera de los dos primeros, ya que tampoco vio portería con el filial. Al final, dejó el campo antes del final por una amarilla.
El tanto del 1-2 fue obra de Borja Iglesias, que salió en la segunda mitad como recurso para pelear con la defensa albaceteña en bloque bajo. El santiagués resolvió de maravilla un buen centro de Óscar Mingueza para anotar su noveno gol de la temporada. Pero enseguida se llevó la mano a la zona lumbar por un intenso dolor que apenas le permitió moverse los minutos previos a la prórroga. No se le espera ante el Oviedo.
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