El celtismo crea una agencia de viajes personal

Conocido el sorteo de Liga Europa, los aficionados del Celta comenzaron una especie de carrera contrarreloj para planificar los desplazamientos a los encuentros que el equipo vigués tenía que hacer como visitante y, en este caso, las dificultades de comunicación y la premura de las fechas convirtieron estos planes en una carrera de velocidad o en un complicado trazado de escalas y enlaces para llegar hasta la ciudad alemana.

Los madrugadores, todavía sin entrada, optaron por reservar un billete desde Oporto hasta la ciudad alemana antes de que los precios se disparasen, que fue en cuestión de unas horas. Pese a ello, los que gozaron de más suerte solo tuvieron que abonar unos 280 euros. Una ganga porque después se elevó mucho el precio. Todo ello, con el riesgo de no obtener billete. No obstante, el peligro no fue así porque para Stuttgart había 4.000 entradas disponibles y se pidieron 1.200. Pero no se sabía al principio.

Los que no pudieron acceder al viaje fácil, tuvieron que optar por las opciones. Este es el caso de los peñistas de Centolos Celestes. Una veintena de seguidores acudirán a Alemania, pero “cada un tivo que buscarse a vida. Nós imos seis por Barcelona e o regreso igual, o sábado. Dende Porto ata alí e despois a Stturgart”, explicó el presidente Iago Rodríguez. Y, como no podría ser de otra forma, aprovechan el desplazamiento, ya que “o vernes comeza o Octoberfest e xa pasamos o día alí para volver o sábado”. No puede faltar el turismo en un viaje así.

Una situación similar viven en el colectivo Carcamáns de A Illa de Arousa. Hasta 60 socios del colectivo acuden a la cita y también tuvieron que buscarse por libre el desplazamiento. Y, entre todos ellos, destaca la pareja formada por Xurxo Abal y Silver Álvarez, que ya se encuentra en ruta en un viaje para estoicos por tierra y aire. Comenzó en tren hasta Madrid, para tomar otro hasta Barcelona y un tercero -Cercanías- a Girona. Ahí se subieron al avión para recalar en Baden Baden y, ya por la noche, tomar un vehículo para llegar a la ciudad del partido. Una verdadera combinación y que será la misma para el regreso que iniciarán el viernes a las 7:00 de la mañana. Auténtica pasión celeste.

Un dúo de Carcamáns hace un viaje por tren hasta Girona y ahí toma el avión hasta Baden

Iago Rodríguez, de Centolos, admite que “no había muchas opciones y los precios se disparaban. Vimos alguno por Barcelona que salía más barato, pero te tenías que pasar más de diez horas de viaje y no estamos para eso". En la misma línea se expresó el presidente de la Federación de Peñas del Celta, Pepe Méndez, al admitir que "la verdad es que no hubo nada organizado. Cada uno de los que fue se buscó la vida por su cuenta.

Las opciones son amplias y variadas, aunque la gran mayoría tienen Oporto como comienzo y final por sus múltiples rutas. Una de las alternativas es desplazarse a la ciudad suiza y fronteriza de Basilea, para desde allí tomar un viaje de casi tres horas de tren hasta Stuttgart. Otra alternativa sería volar hasta Strasbourg, en Francia, y desde allí cruzar el Rin para adentrarse en territorio germano. Eso sí, esta alternativa conllevaba un gasto más elevado.

Vuelos ‘chárter’ sin ocupación

Se da la circunstancia de que tanto el Celta como una empresa privada puso a disposición de los aficionados que así lo desearan vuelos directos de Vigo a Sttutgart para ver el partido y regresar, pero ambos tenían un precio notablemente alto y terminaron por cancelarse al no recibir la suficiente demanda. El oficial del club se situaba entre los 800 y los 1.000 euros, mientras que el privado rondaba los 700. No salieron adelante porque, en gran medida, los seguidores ya tenían configurada su opción de viaje.

Debido al alto coste, los dos vuelos ‘charter’ se cancelaron; no tuvieron demanda

Por su parte, Marcos González, de Viajes Lecertur, explicó que desde su empresa “hemos vendido ocho plazas. Los precios estaban altos y la gente no se animó mucho”. Eso sí, ya reconoce que la demanda continúa y que “ya nos pidieron varias personas que vayamos sacando billetes para los próximos viajes, a los que quieren ir”. Pese a los inconvenientes o a las molestias de los viajes, el aficionado del Celta se mueve con el regreso a Europa. Y, si el precio es un obstáculo, tira de imaginación y combinaciones para buscar lo mejor posible. En algunos casos, con trayectos por tierra y aire. Quién sabe si en el futuro alguno también opta por hacer un trayecto por mar. El celtismo no se para.

Y es que disputar la Europa League es todo un atractivo y, para el aficionado, una acontecimiento histórico que gusta vivir. “A saber cuántos años pasan para volver”, expresaba un peñista hace unos días mientras planeaba acudir a Bulgaria. Al fin y al cabo, el aficionado celeste está acostumbrado al sufrimiento y sabe que el equipo lleva siete años sin jugar una competición continental y puede pasar el mismo tiempo para volver hacerlo.