El Celta Fortuna, una factoría de puntos

Producción en cadena. Como si estuvieran colocando tornillos en la M2 de la planta de Stellantis -la Citroën de siempre- situada en Balaídos. Así, con una apariencia de mecánica producción, parece sumar el Celta Fortuna victorias en alguno de sus partidos. Y, ayer, en el Anxo Carro de Lugo, se vivió un nuevo capítulo de la elaboración industrial que Claudio Giráldez montó con el filial céltico. Todo funciona para sumar los tres puntos. Está medido y engrasado de tal manera que del aburrimiento, sin brillantez, por pura rutina cotidiana, se sacan adelante los enfrentamientos y así, el filial céltico obtuvo un nuevo triunfo para dormir con cinco puntos en el liderato de Primera Federación. Son ya cuatro victorias consecutivas, lo extraordinario hecho rutina.

Ayer así sucedió en el Anxo Carro. El equipo de Claudio Giráldez saltó al campo ordenado y con las ideas claras, como hacen los obreros de la firma automovilística. Cada uno de ellos va a su puesto para hacer las tareas que tienen memorizadas y asumidas tras muchos años. Permanecen así las horas para hacer su labor sobre cada vehículo como los jornaleros de Claudio Giráldez realizan su trabajo. En su caso, no tienen que poner tornillos o colocar piezas, pero sí ejecutar movimientos ensayados sobre el campo, cada uno con su función. La línea de tres centrales, defender; el dúo de medios formado por Damián -un gran proyecto de mediocentro- y Miguel Román, como elaboradores del juego; y, en ataque, la misión de desequilibrar la pone Alfon que, tras los innumerables problemas físicos, vuelve a ser el jugador que prometía y que está por encima de la categoría. Como verso suelto, como el trabajador que apaga fuegos, como el que acude a las averías, podríamos considerar a Raúl Blanco, que aparece en todos los lados del campo para generar peligro, desajustar al rival y sacar de la rutina.

Así funciona el equipo de Giráldez. Todo medido y con pocos errores. A los veinte minutos, tras alguna que otra llegada, Alfon anotó el tanto de la victoria con un bello disparo desde fuera del área tras un robo gracias a la presión y un par de pases en tres cuartos. Hecho el trabajo duro, quedaba culminar la jornada laboral con la rutina. Todos hicieron su trabajo. No hubo mucha más brillantez individual, pero sí las tareas bien medidas. Un poco de sacrificio colectivo, mucha posesión para defender con balón, algunas intervenciones de César, sobre todo a centros y faltas laterales, y algún agobio en el tiempo de descuento. Cosas del fútbol, nada que no solucione la cuadrilla de operarios del líder.