Al Celta le falta talento y le faltó sistema

Sin fútbol no hay felicidad. Y el Celta vivió ayer una primera mitad de clara inferioridad en Balaídos porque encajó un gol pronto y, después, se vio claramente superado por el centro del campo de la Real Sociedad, que controló el partido para evitar cualquier problema cerca de su área y utilizó el balón parado para cargar el área. La presión viguesa apenas funcionó. Tras el descanso, mejoró la versión local con Luca de la Torre y, sobre todo, con un nivel superior en el plano colectivo. No obstante, en una contra del rival se terminó por decidir un duelo en el que el equipo vigués se mostró inferior, especialmente en la calidad y, durante mucho tiempo, también en lo físico y lo táctico.

Jailson y Tapia para el medio

Rafa Benítez optó por un doble pivote con Jailson y Renato Tapia para intentar neutralizar el trío de la medular rival formado por Zubimendi, Merino y Brais Méndez. Lo lograron en ciertos momentos, pero pocos. Y, sobre todo, carecieron de capacidad de robo y salida rápida. Y sin las transiciones, el equipo vigués careció de ataque. Había lucha, faltaba posesión.

Efectividad a balón parado

La Real Sociedad es una escuadra con un excelente toque del balón, pero dispone de otros registros y ayer se mostró muy peligroso en los balones colgados al área, desde saque de banda o falta lateral. En la mayoría de las ocasiones con Mikel Merino como destino. Curiosamente, encontró el premio en la primera acción con error defensivo en el despeje incluido. Un punto fuerte algo inesperado.

Los suplentes, lo fueron

Los elegidos para los costados ayer fueron Miguel Rodríguez y Hugo Álvarez, en la primera titularidad del curso con el Celta, con Swedberg y Douvikas por delante. Su aportación resultó muy escasa, con pocas apariciones o, en el caso del redondelano Miguel, con bastante presencia pero muy errática. Los atacantes no encontraron el balón y, sin él, poco se puede.

El cambio de dibujo

El Celta necesitaba modificar cosas y lo hizo Benítez con la entrada de Luca de la Torre, que, con sus limitaciones, dio fortaleza la centro del campo para tener más balón y mejorar el sistema de presión y recuperación del Celta. El primer punto hacia la mejoría colectiva se dio, pero era insuficiente para generar peligro. Quedaba el paso necesario de situarse en campo contrario y en esa zona robar antes y generar más. Lo pendiente para el tramo final del enfrentamiento.

El espacio y el toque, claves

Con equipo vigués preparado para dar el impulso final se vio el tanto clave de la derrota. El Celta ya estaba en campo del rival, llegó la perdida y la contra con Oyarzabal y Brais Méndez al primer toque. Dejaron a Becker en carrera con espacio a la espalda y llegó el gol. Justo segundos después de la entrada de Iago Aspas y Óscar Mingueza para dotar de mayor calidad y desequilibrio a la formación céltica. La Real Sociedad tenía el talento sobre el césped desde el inicio.