El Celta B se lleva un gran derbi
Tumbó al Dépor (2-1) con gran ambiente en Balaídos: invasión de campo e intervención policial
No fue una aparición mariana. Ni el milagro de los panes de los peces. Ni siquiera un viaje en el tiempo a dos siglos atrás, cuando los vigueses convirtieron su ciudad en la primera plaza de Europa que expulsó a las tropas invasoras francesas. No fue más que fútbol. Ni menos. Porque el Celta B ganó al Deportivo como el quinto clasificado de una competición puede ganar al segundo. De tú a tú. Como escuadras que pelean de igual a igual por el objetivo del play-off. Una Reconquista futbolística que nuevamente, como en 2019, coincide con la fiesta de la ciudad. Con tintes de épica, claro. Pero siempre a través del juego. Igual que tal día como hoy del año 1809, cuando Bernardo González lideró la resistencia viguesa frente al ejército napoleónico. Aquel hombre pasó a la historia como Cachamuíña y como Cachamuíña volvió a escribir otra página victoriosa el filial céltico sobre el eterno rival del club.
Todo con una fiesta en la grada que no siempre discurrió por los cauces más edificantes. 9.011 espectadores, 600 de ellos deportivistas, alentaron a sus equipos en una batalla en la que el Celta B reclamó su independencia. Como hace 213 años. Es un filial, sí, pero también un equipo competitivo con hambre de victoria. Así lo trasladó al césped en unos primorosos 45 minutos iniciales en los que sometió por completo a un Deportivo que, en varios tramos, ni olió la pelota.
Once Cachamuíñas cargaron con fuerza desde el minuto 1. Pero siempre con un plan. Gabri Veiga y Alfon fijaban a los centrales exteriores de la línea de tres que propuso el extécnico del Rápido Borja Jiménez. A partir de ahí, tanto Pampín como Javi Castro creaban superioridades a partir de las caídas a banda de los puntas. Una y otra vez martilleó el Celta B a la espalda de los carrileros visitantes. Y así fueron cayendo las ocasiones, como si fueran salvas de fusil. Miguel Rodríguez amenazó con dos. Y a la tercera, diana. Una nueva superioridad, esta vez por la derecha, acabó en un centro de Javi Castro al corazón del área. Allí apareció Fabricio, con un colmillo nunca antes visto, para ganar la carrera a los centrales y engatillar al bote pronto. A la red. Balaídos estallaba como la noche anterior lo hiciera la plaza de la Constitución. Y sin necesidad de apretarse bebidas espirituosas.
No se quedó ahí la cosa. Por mucho que fuera ‘chegar e encher’, las tropas viguesas querían zanjar el asunto por la vía rápida. De esta forma llegaron unos minutos brillantes, en los que el Celta B bordó el fútbol. La pelota volaba de lado a lado, los futbolistas visitantes perseguían sombras y el público se divertía. Holsgrove estrelló en el lateral de la red un zurdazo tras un control con giro, posterior a una jugada trenzada. Más tarde, Fabricio apenas rozó un envío de Pampín que llegó tras una fabulosa acción de ocho pases de lado a lado para generar superioridades en todos los sectores del campo.
Pero en este juego no dan puntos por someter al rival. Y el Deportivo supo aguantar el chaparrón y empezar a crecer trasladando el juego a sectores centrales. Y como es lógico con futbolistas diferenciales en la categoría, también gozó de ocasiones. Aguirre y Quiles se estrellaron con Gaizka Campos en dos de las más claras.
Y llegó el receso. Las bocanadas de aire, los tragos de agua y los matices estratégicos sobre corazones a pulsaciones más bajas. Borja Jiménez deshizo la línea de tres y pasó a un 1-4-3-3 más clásico. La superioridad por fuera pasó a ser deportivista en un inicio del segundo acto claramente dominado por los blanquiazules. Onésimo tiró a Miguel Rodríguez a la izquierda para tener piernas en los retornos. No funcionó, más allá de un grave error de Jaime Sánchez nada más comenzar, que dio pie a un venenoso centro del redondelano sin rematador. Al Celta B, claramente superado, le tocaba sufrir.
Y con la entrada de William de Camargo, más todavía. El brasileño caracoleó cuanto quiso y uno de sus esláloms terminó en penetración en el área. Carlos Domínguez no midió bien, fue al suelo y provocó penalti. Tenía una tarjeta amarilla y se libró de recibir la segunda. Quiles ejecutó y no falló. El atacante andaluz ganaba un protagonismo positivo que poco tardó en sufrir un giro de 180 grados.
Porque cuando más apretaba el Dépor, cuando más complicado se ponía el levantamiento, cuando las tablas parecían buena opción, el nueve del Dépor se fue al suelo en una salida de Gaizka Campos. Alberola Rojas -el hermano del colegiado de Primera aficionado a los shows televisivos- lo vio claro. Amonestó a Quiles, que ya había visto una amarilla por un manotazo que bordeó la agresión. Roja.
El decorado cambió drásticamente. El Deportivo pasó de embotellar al Celta B a ser embotellado por un filial de energías renovadas gracias a los Cachamuíñas frescos que entraron desde el banquillo. Pampín, Miguel Rodríguez y Fabricio dejaron el césped con diversas lesiones. A cambio, Lauti estiró al equipo, Beitia dio equilibrio, Losada encontró alturas intermedias y Medrano mantuvo el nivel en la izquierda. Y Javi Gómez, claro. El extremo toledano le añadió picante al asunto. Subió las revoluciones, agitó los componentes para hacer química. Alquimia. Ofreció soluciones por fuera, desarboló a los rivales con sus conducciones y, encima, lo coronó todo con una obra de arte en forma de gol. Con personalidad, la pidió a pierna cambiada, levantó la cabeza y la puso en la escuadra con la zurda. La superioridad numérica ya era de goles. La Reconquista estaba completa. Cachamuíña se transmutó en Balaídos.
CELTA B
2
DEPORTIVO
1
Celta B:
Gaizka Campos; Javi Castro, Álex Martín, Carlos Domínguez, Pampín (Medrano, min. 58); Alfon (Beitia, min. 64), Holsgrove, Álex Carbonell, Gabri (Losada, min. 69); Miguel Rodríguez (Javi Gómez, min. 64) y Fabricio (Lauti, min. 69).
Deportivo:
Mackay; Aguirre (William de Camargo, min. 59), Lapeña, Jaime Sánchez, Borja Granero, Héctor Hernández; Álex Bergantiños (Doncel, min. 89), Juergen, Villares, Soriano (Calavera, min. 81); y Quiles.
Goles:
1-0, min. 13: Fabricio; 1-1, min. 68: Quiles, de penalti; 2-1, min. 88: Javi Gómez.
Árbitro:
Alberola Rojas (Comité castellano-manchego). Expulsó por doble amonestación a Quiles, del Deportivo (min. 72), y Raúl García, del Celta B (banquillo, min. 73). Amonestó a los locales Carlos y Álex Martín y al visitante Héctor Hernández.
Incidencias:
Partido disputado en Balaídos ante 9.011 espectadores.
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