El Barça, líder de la Liga, llega hoy a un Balaídos lleno

De nuevo, uno de esos partidos que marcarán la temporada del Celta si gana pero no si pierde. Porque, estadísticamente, es mucho más factible que el equipo vigués, décimo primero con 17 puntos, pierda ante el Barcelona, líder con 33. Pero también está comprobado que en Balaídos cualquier rival puede sufrir e, incluso, perder. Lo sabe bien el bloque blaugrana, que presenta en Vigo sus peores números a domicilio de este curso en cualquier estadio español.

Más allá de los preámbulos, el partido debe sustanciarse en un ejercicio futbolístico vistoso. El Barcelona es una productora de goles casi imparable -suma 40 en 13 partidos- y el Celta está obligado a tener puntería para mantener el pulso. Además, los culés vienen precisamente de su único encuentro sin ver portería y de su segunda derrota en Liga este curso, ante la Real Sociedad antes del parón, con lo que aterrizan en el Lagares con ansia de recuperar el halo de dominador de la competición con suficiencia.

Claro que con el Barça no basta con protegerse. Ni tan siquiera se lo plantea el Celta de un Claudio Giráldez que promete valentía. Lo que significa pelear por la posesión y, sobre todo, querer hacer daño ofensivamente en todo momento. Nada de dejarse dominar y tirar contragolpes, como tienta a hacer la tan manida línea adelantada de fuera de juego de los de Hansi Flick. No se renuncia a castigar esa osadía con piernas al espacio -velocidad y precisión en el pase-, pero tampoco a pisar campo contrario con el balón controlado.

Giráldez no tiene bajas nuevas. Lo que significa que puede tirar de sus futbolistas más habituales en este primer tercio de la temporada. Lo hará de manera preponderante, pero es probable que se reserve alguna sorpresa, algún matiz que ajuste el habitual funcionamiento colectivo a las grandes trabas que pondrá el Barcelona con su presión alta.

Vicente Guaita, tan exigido con el pie como con la mano en este partido, guardará la portería por detrás de una línea de tres que deberá tener precisión, con lo que Carl Starfelt podría tener relevo. No así el ex culé Marcos Alonso. También deberá dar salida desde la derecha el ex culé Óscar Mingueza y, de otra manera, Hugo Álvarez por la izquierda. En el centro, la aceleración de Ilaix Moriba -otro ex culé- puede ayudar a salvar la presión en conducción, con Hugo Sotelo y Iago Aspas esperando para lanzar con precisión a Williot Swedberg y Borja Iglesias o Anastasios Douvikas.

En el bando blaugrana, a las conocidas bajas de Ter Stegen, Araújo, Christensen, Ferran Torres o Bernal se une la de Lamine Yamal.