Aspas derrumba el edadismo

No hace falta que nos digan que Iago Aspas es humano. Porque la afición del Celta conoce al moañés al dedillo. Por eso, nadie deserta de su barco. Por eso y porque no hay razones objetivas para considerar como una decadencia por la edad el hecho, trascendental pero aislado, de que el primer capitán no haya marcado todavía esta temporada. El resto es puro y duro edadismo futbolístico.

El desempeño futbolístico del morracense está siendo positivo. De ahí que estuviese presente en la prelista de Luis de la Fuente, seleccionador español, para su reciente convocatoria. No en vano, Aspas vive la mejor temporada de su vida en aspectos tan remarcables como el número de disparos a portería, los pases clave o las pérdidas de balón. Crecen los dos primeros y mengua el tercero.

Realiza la estrella celeste casi tres disparos a portería por encuentro (2.9), cuando se cifra más elevada era de 2.8 en la campaña 2017/2018. Se dispara su cotización en los pases clave, esos que acaban generando una ocasión de gol, aprovechando que esta temporada es el asistente principal en las faltas laterales y, muchas veces, en los saques de esquina, poniendo de manifiesto otra de sus virtudes, el toque. Por el momento, realiza 3.3 pases de este estilo por jornada, cuando su número más cercano eran los 2.2 de la pasada campaña. En ambos casos, asumiendo un rol más creador pero si en el anterior ejercicio eso le impidió estar en la finalización (2.1 disparos por partido), en el actual ya queda dicho que manda en este factor del juego también. En comparación con el resto de la Liga, en tiros es el cuarto con más presencia -sólo por detrás de Luis Suárez (3.9), Rodrygo (3.4) y Lewandowski (3.4). y en pases determinantes es el primero.

Además, en esa faceta de tener que generar desde atrás, también resulta trascendental la fiabilidad en los pases, teniendo en cuenta que son de riesgo en muchas ocasiones. Ahí también el moañés muestra sus mejores números de siempre en pérdidas vestido de celeste, con apenas 0.7 por partido.

Por lo tanto, los números reflejan que Aspas está en el camino de mantener su presencia en el remate siendo cada vez más importante en la creación. Obviamente, lo penaliza el golpeo final. Importante, claro está. Pero no es una cuestión de edad.

El club lo mima; él se rebela

Sostienen quienes han podido estar con Iago Aspas el domingo en las horas posteriores al partido -en el que falló un penalti- y durante la jornada de ayer que el capitán está tocado anímicamente. Acostumbrado a sostener al equipo sobre sus hombros en los dos últimos lustros, sabe que sus goles servirían para variar otro mal inicio de temporada que parece anunciar otra mala temporada de sufrimiento. Y esta vez, además, sin el apoyo dentro de personas fundamentales para él en su carrera como Hugo Mallo. El marinense se fue, en buena medida, cansado de las críticas por sostener una bandera y de las dificultades deportivas concatenadas. Ahora, es carga de ser emblema la sostiene únicamente Aspas.

De momento, todos los discursos de compañeros y del entrenador, Rafa Benítez, son de confianza. Aunque el técnico sea el primero que, a su llegada, ha hablado abiertamente de administrar los minutos del moañés. Desde el club, se utilizan las redes sociales para levantar el ánimo de su estrella con mensajes individualizados, en uno de ellos mostrándolo con sus tres hijos.

El capitán, mientras, también quiso mostrar su rabia por la misma vía. “Asumir responsabilidades cuando las cosas no van como uno quiere. No hay nada más peligroso que no arriesgarse”, escribió. Queda Aspas para rato. No es que se le espere, es que ya está.