Iago Aspas vive su peor arranque goleador

Pisa Iago Aspas terreno desconocido para él desde su aterrizaje en la élite. Siente impotencia, una sensación que no es acorde con su forma de ser ni con su forma de jugar. Porque sabe que lo que le sucede no es una cuestión de edad. Porque es consciente de que tampoco se puede achacar a problemas físicos. Y, además, experimente que sigue viendo el fútbol como siempre lo ha visto, favoreciendo con esa visión a sus compañeros. Pero no hay gol en el que es ya su peor arranque de temporada en ese sentido. Nueve jornadas sin marcar, ocho de ellas como titular. Terreno ignoto.

Los discursos a su alrededor beben de su impronta. “Nadie duda. La mala racha pasará”. Porque es verdad. Y porque se lo ha ganado. Pero él no piensa en el pasado, sino en el presente. Analiza y trabaja. Ayer, volvió a fallar ocasiones, no vio algún pase que era mejor que un remate y, obviamente, erró un penalti. Pero también bajó a tocar, intentó triangular -no encuentra demasiados socios, porque Mingueza le cae demasiado lejos muchas veces- y tiró desmarques de calidad. A Iago no le pasan los partidos por encima. Los sigue teniendo en su cabeza.

Con sus goles, todo sería mejor. Pero, al menos, los compañeros van asumiendo esa labor realizadora. Especialmente, Jorgen Strand Larsen, que ayer anotó su tercer tanto de la temporada. Una cifra interesante en nueve jornadas, teniendo en cuenta los que les han sido anulados y que en toda la pasada temporada marcó cuatro. El noruego no es sólo básico tácticamente, sino que ahora también aprueba su asignatura pendiente.