Atlántico
Gaza: ¿Olvidada?
Los medios, en la etapa política anterior al supuesto Estado de Derecho, eran afines al yugo y las flecha. Hoy, en esta seudo democracia, los hay defensores del puño y la rosa o de la gaviota según quién esté en el poder.
En tiempos pasados los medios, igual que ahora, mamaban de nuestros impuestos, que la TVE menguaba sus gastos mediante la publicidad, mientras su contenido era de aborregamiento igual que hoy. La actual TVE, al suprimir la publicidad, nos sale más cara e igual de parcial.
Esta TV nos cuesta mil millones de euros al año, más las 17 autonómicas, otras privadas, RNE, más radios y prensa escrita a la que no solo les subvencionamos el papel, como en tiempos del yugo y las flechas; sino que las riegan con nuestros impuestos para obtener sus favores. Ejemplo, El País y la SER. Por ello y pasados 15 años, todos estos no braman para que se celebre el juicio contra la mafia de Pujol; están esperando su muerte para archivar lo robado. Tampoco protestan por la no devolución de los 660 millones de euros robados por el guerracivilista PSOE a los parados andaluces o sobre la compra de siete escaños por parte del sin vergüenza, fariseo y psicópata del poder sánchez. Sobre la ruptura de España mediante la prohibición del castellano en centros oficiales catalanes y en sus colegios, callan y tragan.
Ante la perspectiva de amordazar a la prensa, la reiterada negativa a responder a preguntas de algunos medios o convocar ruedas de prensa sin admitir preguntas, la Asociación de la Prensa no tiene nada que decir. ¡cuánto lacayo hay!
Estos medios, convertidos en siervos del poder de cada momento, evidencian su menosprecio hacia los televidentes, radioyentes o lectores. Ante esta postura, mostremos ser ciudadanos no mercando, viendo u oyendo medios lacayos del poder ni comprando los productos anunciados en tales medios. Por lo expuesto, entre el poder y sus lacayos medios establecen una competencia desleal y prostituyen la Constitución al darle por el ano al Art. 20 de la misma.
Usemos el poder que tenemos en nuestros bolsillos para no quejarnos por recibir desinformación no información y por tratados como súbditos, plebeyos o pecheros.
Lo que nosotros no hagamos, y cuanto antes mejor, ni políticos ni los mamadores del pesebre CC.OO., UGT y otros, lo harán porque nunca morderán la mano que les da de comer. Padados 46 años hora es de obligar a los sindicatos a que dejen de mamar de nuestros pechos.
El destino del rebaño es el matadero. De nosotros depende.
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