Con melancolía y gratitud a D. Alberto

Publicado: 20 sep 2025 - 10:06

Con profunda gratitud y sincera melancolía, recibimos la noticia del cese en sus funciones del hasta ahora portavoz de la diócesis, Monseñor Alberto Cuevas.

La excepcional labor de D. Alberto, caracterizada por una inquebrantable fe y una inteligencia pastoral, ha dejado una huella imborrable en el corazón de nuestra comunidad.

Durante su mandato, ha sabido sortear con admirable templanza y serenidad los más complejos desafíos. Su prudencia y su compromiso con los principios evangélicos han garantizado que cada situación, por difícil que fuera, se mantuviera siempre bajo control, reflejando una verdadera devoción al servicio de la Iglesia. Su liderazgo en el Sínodo diocesano es un claro ejemplo de su capacidad para guiar con acierto, incluso en los momentos de mayor complejidad, demostrando una visión que aúna la tradición con las necesidades del mundo actual.

Vivió su segunda vocación, la de periodista, con pasión insuperable, y en ella dejó una marca indeleble extraordinaria: supo ganarse la confianza, el respeto y, sobre todo, la amistad de los innumerables profesionales que trató. Su proverbial empatía y capacidad de diálogo lo hicieron un puente natural entre la Iglesia y la Sociedad, hasta el punto de que era imposible conocerlo sin hacerse de inmediato su buen amigo verdadero.

Pero junto a su ministerio y su servicio a la comunicación, brilló también en él un hondo carácter cultural. Promovió iniciativas que enriquecieron la vida espiritual y también la vida intelectual de nuestra Diócesis; sus homilías, sus escritos y sus celebraciones irradian sensibilidad, sabiduría y belleza, dejando sentir que la fe y la cultura, en su persona, caminan siempre de la mano. Ésta dedicación ejemplar ha coexistido con su incansable labor como Párroco de Nuestra Señora de la Soledad de Vigo. Su Parroquia ha sido testigo de un ministerio entregado, lleno de caridad y cercanía, donde ha promovido innumerables iniciativas espirituales y culturales que han enriquecido el alma de todos.

Su despedida, aunque nos embarga de pesar, viene acompañada de la certeza de que su influencia perdurará. Confiamos en que su sabiduría y su consejo seguirán iluminando el camino de quienes asuman la responsabilidad que la voluntad divina les ha confiado. Su legado de servicio, humildad y acierto pastoral es un faro que guiará a las futuras generaciones.

D. Alberto: Gracias, nos dejas un inmenso legado de fe y servicio a la Santa Madre Iglesia.

Francisco Castro Nieto-Arquitecto. (Vigo)

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