Atlántico
Gaza: ¿Olvidada?
n n n Merece la pena ser analizado con detenimiento y sentido común, quienes llenos de soberbia los desprecian o irrespetan, deben ser castigados, no solo por las leyes, también por la sociedad en su conjunto. Aquí cabe aquellas frase de "no llores por mí, ayúdame a defenderme del enemigo común". Que en todos los países del mundo civilizado se le ofrece respeto y consideración a sus símbolos patrios, pero España, lamentablemente hoy es diferente, distinta y distante, así llegamos al absurdo que la sanción a dicho ultraje ya sea motivo de controversia política.
Este desbarre que hoy utilizan los separatistas nacionalistas y sus socios en la sombra, la extrema izquierda y sus pretensiones del frente popular moderno, tiene muchísimos cómplices en los dos grandes partidos PSOE y PP, que son responsables directos de todo ello. Uno con sus desplantes zigzagueantes a la transición del 78, el otro con todos sus complejos y cobardías, ya exhibidas los últimos años convirtiéndose en cómplices del relativismo inmoral que hoy nos arropa y amenaza, todo fruto del facilismo encubridor que sustituyó el respeto y sacrificio habitual de las familias, que fue utilizado para degradar la educación de nuestros hijos y paralelamente, esconderle todo el respeto y consideración hacia los símbolos patrios como el himno y la bandera.
Quienes vivimos de emigrantes cincuenta años, nos emocionábamos al escuchar los acordes de nuestro himno, o divisábamos, en algún lugar, ondear nuestra bandera nacional. Así nos adaptamos y también aprendimos del respeto que los nativos sentían por sus símbolos, que ni siquiera las dictaduras sufridas los minimizó, todo lo contrario, apuntalaron y de que manera, el respeto a sus símbolos patrios que idolatraban los que hoy, en España, algunos desprecian alegremente. Lo que más me entristece hoy, luego de mi retorno a la patria, es observar a ciertos tertulianos y algunos políticos, justificar este aberrante comportamiento de ultraje a la patria, y lo incluyen en su libertad de expresión, pero se niegan a que se condene y castigue este vulgar episodio de pitar el himno nacional.
Aquí estriba la diferencia que sigue separando a las dos españas, una de ellas, jamás aceptó que fuese derrotada, su modelo pro-comunista, que de nuevo pretenden reinstalar con su nuevo frente popular en formación, pero mucho menos quiso ser fiel a la transición ejemplar del 78, fingió aceptarla a su sombra y protección conspiró los últimos años ante la mirada perdida de la otra mitad, que infiel a sus principios, ideológicos, morales y éticos, llena de complejos y cobardías, se convirtió en cómplice necesario donde el comportamiento zigzagueante de ambos, nos trajeron a los disparates aberrantes de actualidad, donde la nación, a una ofensa a nuestros símbolos patrios, es motivo de duda y polémica.
Tirios y Troyanos se culpan entre sí, mientras la extrema izquierda y socios en la sombra, ya airean sin recato alguno de sus símbolos preferidos, la hoz y el martillo, o la vieja República a la que aspiran retornemos, olvidando su trayectoria anti democrática que exhibieron en su pasado y hoy prefieren repetir con unos nuevos aliados, los nacionalistas separatistas. Ello obliga a los dos grandes partidos, PSOE y Partido Popular, a revisar su pasado y analizar sin hipocresía, el futuro, que compromete la sostenibilidad de nuestro estado de derecho y las libertades que hoy, todos disfrutamos armoniosamente, de momento...
Jovellanos preguntaba: "¿Qúe fuerza puede tener una nación compuesta de hombres corrompidos y débiles, ajenos a todo interés de amor patria? Ojalá hoy saquemos conclusiones y tengamos valor y cordura para resolver esta humillación.
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