Se trata de una pieza del siglo XVII que en los últimos años se encontraba almacenada en Pontevedra
Un cañón de gran porte procedente de la desaparecida batería de A Laxe, lo que hoy es A Pedra, volverá a Vigo ciento de años después de su desaparición y tras un periplo cuanto menos sorprendente y en su mayor parte todavía por aclarar. Lo que sí se sabe es que la devolución de la pieza, que se remonta al siglo XVII, será posible gracias a que así lo ha acordado el Concello de Pontevedra, asumiendo una propuesta de la Consellería de Cultura. Su destino más probable será el Museo municipal de Castrelos, que es también el de la propia Ciudad de Vigo.
Como contaba esta semana “Diario de Pontevedra”, la pieza, hecha de metal, fue encontrada hace más de una década en una escombrera por un vecino en Bora -una parroquia de la Boa Vila- al lado de restos de obra, sin saberse cuál fue el motivo de que llegara allí ni en qué circunstancias. Ni siquiera cuánto tiempo llevaba “escondida”. A resultas, el arma pasó a un almacén y al Concello pontevedrés.
A su vez, la Dirección de Patrimonio Cultural de Galicia autorizó el traslado de la pieza al consistorio, donde se guardó durante años. En ese momento en Pontevedra su ayuntamiento se planteaba abrir un museo para contar la historia local, donde el cañón tendría un sitio pese a proceder de Vigo. No obstante, el proyecto fracasó -coincidió con lo más duro de la crisis económica- y el gobierno municipal decidió “devolverlo” a Vigo, contando con el visto bueno de nuevo de la Dirección de Patrimonio Cultural.
No hay fecha concreta para la vuelta a Vigo del cañón, que pasará al museo de Castrelos en un depósito donde se custodiará de forma provisional, aunque parece inminente y así lo señalan en Pontevedra. Será el primer paso para recuperar una parte de la historia viguesa, y no el único: también será necesario realizar una limpieza fondo de la pieza, que sufre gran corrosión, para su exhibición de forma adecuada.
Parte de historia
Para Vigo supondrá recuperar una pequeña parte de su historia, de la batería que estuvo donde ahora se encuentra el mercado de A Pedra, que lleva dicho nombre precisamente por su denominación en gallego “laxe”, es decir, roca. Era una de las tres principales defensas de la villa, luego ciudad, con los castillos de Santa María, en O Castro, y San Sebastián, este casi oculto por el consistorio y del que solo queda la mitad del recinto. De la batería de A Laxe no queda, salvo fotografías de hace casi un siglo, de cuando se construía el puerto de granito. Lo que sí se sabe es que formaba un bastión donde se situaban varios cañones que pertenecían al Ejército y que habían servido en innumerables ocasiones, como en la Batalla de Rande, para defender la ciudad.
Como señala la publicación “Vigopedia”, lo cierto es que los cañones ya solo se utilizaban en ocasiones especiales para lanzar salvas de artillería, cuando tenía lugar un acontecimiento especial o la entrada de algún buque importante. En estos años se habían disparado, por ejemplo, durante la ceremonia en la que se trasladaron los restos del almirante vigués Casto Méndez Núñez desde Moaña, donde había fallecido, a Vigo, donde había nacido, en un edificio de la plaza de la Constitución, y luego al Panteón de Marinos Ilustres en San Fernando, el 9 de junio de 1883.
