En el Náutico y la Estación Marítima el tránsito de personas ayer por la mañana era constante y abundante. Los 15.000 viajeros que habían llegado en los cinco cruceros se movían en grandes grupos para visitar la ciudad durante su corta estancia en la misma y era más que evidente que no se trataba de un día cualquiera.
En su gran mayoría británicos –aunque también había muchos portugueses y franceses–, los visitantes se mostraban fascinados por la ciudad. “Nos encanta, sobre todo, el tiempo”, indicaba Steve entre risas, que viajaba con su familia desde la región inglesa de las ‘Midlands’ y que confesaba que no era su primera vez en Vigo. No era así para Paul y Kumari, también procedentes de las ‘Midlands’ inglesas y que pisaban la ciudad por primera vez ayer: “El ambiente es fantástico y aunque hay muchos coches por el centro de la ciudad no hay apenas atascos, es como un caos controlado”.
Pegados a su mapa y con la limitación de no poder alejarse mucho del Puerto –normalmente se van algo después de mediodía, aunque ayer se marcharon entre las 18 y las 23 horas–, muchos cruceristas optaron ayer por visitar el monte de O Castro, desde el que pueden observar la ciudad desde un punto de vista privilegiado. El Casco Vello, la calle de las Ostras y el mercado de A Pedra son también puntos ‘obligados’ en el itinerario de estos turistas ‘relámpago’.
